Para tener dólares hace falta exportar más: ¿ qué factores limitan el crecimiento?
La economía de la Argentina necesita urgentemente de dólares, pero el Gobierno reacciona tarde. El potencial exportador y las trabas políticas.
Pregunta un borracho a otro: ¿ cuándo hay que preocuparse por la cerveza? El otro contesta: ¡cuando no queda ninguna!
Algo así está ocurriendo en la economía argentina respecto a los dólares. La preocupación por la falta de dólares parece surgir cuando ya no quedan. En ese momento ya es tarde. En realidad, lo lógico debiera ser preocuparse por entender porqué hay o no hay dólares, qué factores influyen para que ingresen o no al país, quienes pueden comprarlos y quienes los generan. Parece obvio, y sin embargo la preocupación por los dólares surge cuando ya no quedan. Al contrario, pareciera que de pronto, ¡puf! mágicamente se fueron los dólares, generalmente por arte de algún malvado especulador o –como pareciera la explicación de moda-por los turistas. No se reconoce que son las políticas económicas los que llevaron a esa situación.
Los dólares ingresan en una economía por préstamos, inversiones o exportaciones. En nuestro caso, no hay ni préstamos ni inversiones porque tenemos para dificultar los ya existentes y las inversiones tienen miedo a la falta de estabilidad económica o seguridad jurídica o hay inversiones más atractivas en otras partes del mundo. Queda, entonces, como factor de ingreso de dólares solamente las exportaciones.
Qué limita el crecimiento de las exportaciones
Las exportaciones no crecen al ritmo que pudieran porque hay todo tipo de limitaciones. Los exportadores están obligados a entregar sus dólares al BCRA al tipo de cambio oficial. Esto no es habitual en otros países donde el exportador dispone de sus ingresos como prefiera. Tampoco es habitual en otros países que haya un fenomenal impuesto a las exportaciones, que en los últimos dos años se ha acentuado. Asimismo, tenemos una creciente brecha o diferencia entre el dólar oficial y «el que hay», o sea el que se consigue a través de transacciones con bonos. A pesar de ello, los costos son los internacionales, o inclusive superiores.
Así, no extraña que las exportaciones crezcan muy lentamente. Un cálculo conservador indica que si en los últimos 20 años en que se exportó arriba de u$s60.000 millones por año, las retenciones hubieran sido 10% menores, hubieran quedado en el sector exportador como mínimo u$s120.000 millones adicionales, con los que se podría haber invertido para crecer. Por eso es un mínimo. El que gana reinvierte, el que pierde hace lo mínimo indispensable para no desaparecer. También es cierto que el Gobierno no hubiera recibido ese dinero, pero está claro que habiéndolo recibido, no sirvió para crecer: no se mejoró infraestructura, sino que se lo utilizó para gastos que no facilitaron el crecimiento. Argentina tiene el mismo PBI que hace 10 años.
«Las exportaciones no crecen al ritmo que pudieran porque hay todo tipo de limitaciones»
El problema de las importaciones.
El momento de preocuparse por los dólares es cuando se generan, y no sólo cuando es mucho lo que se está yendo. Las importaciones han crecido pero el principal importador argentino es el propio Gobierno, por sus importaciones de energía. Además de importaciones, también caen las reservas por pagos de deuda, y nuevamente el Gobierno es el principal deudor de la economía. Por eso y no sólo por convicción ideológica es que se obliga a los exportadores a entregar sus divisas. De esa manera el Gobierno, se asegura comprarlas baratas.
Pero claro, cuanto más baratas son menos incentivos a exportar hay… y más a importar, lo que afecta a la industria, amén de importaciones que no son bienes para la producción como aviones privados o yates. Que los hay, los hay.
Así, llegamos a la situación donde se ponen muchas limitaciones para que se vayan las divisas, porque también hay dificultades para que entren. Cuando se levanten las actuales restricciones draconianas a las importaciones, o al menos se faciliten algo, ¿será necesario compensar por el tiempo en que no pudieron ingresar? No lo sé, pero si así fuera sólo se ha postergado el problema. No sirvió para ganar tiempo porque no se ha hecho nada para favorecer el ingreso de divisas.
Me referí sólo al sector real, y no a la «formación de activos externos», que es la cuantiosa suma que los argentinos han ido acumulando en dólares como ahorro a lo largo de los años, sea o no que esté en el país. Ese ahorro es natural que se haga en dólares dado que los pesos pierden valor continuamente.
Preocuparse por el valor del dólar cuando hay inflación e incertidumbres de todo tipo es preocuparse por las cervezas cuando ya no queda ninguna.
Debiéramos pensar que es más importante que haya ingreso de divisas antes que coartar el acceso y poner cepos a las que hayan entrado. Para ello, es necesario fomentar exportaciones y si no se quieren eliminar las nefastas retenciones, al menos debiera generarse buena infraestructura para reducir los costos de logística interna. Lamentablemente, gran parte del ingreso de fondos se dedica a gastos corrientes y no a las inversiones que facilitarían crecer, olvidando que si hubiera crecimiento y menores costos, habría múltiples efectos positivos.
Si queremos que haya divisas tiene que haber exportaciones. Hay que preocuparse por los dólares mucho antes de que no quede ninguno.
Por Diana Mondino | Economista – Universidad CEMA