Las exportaciones cierran el año con un balance mixto y la esperanza de relanzarse en 2019

Después de un 2017 y gran parte de este año con déficit comercial sistemático -porque la cantidad de importaciones superó permanentemente a lo que Argentina le vendió al mundo-, la devaluación que tiene lugar desde abril abrió una ventana para que, dentro de las consecuencias negativas para la economía que tuvo la suba del dólar, la balanza comercial interrumpa ese ciclo y pueda a revertirse. Pero la caída del peso también se reflejó en el derrumbe de la cantidad de viajes al exterior. Este efecto es una buena noticia para el Gobierno porque se fugan menos dólares por esa vía.

El 2018 va a ser un año con un balance mixto para las exportaciones, con un antes y un después de la última devaluación de fines de agosto que puso al dólar a 40 pesos, la apertura de nuevos mercados y la apuesta del Gobierno por relanzar al sector a partir del lanzamiento del plan Argentina Exporta presentado por el presidente Mauricio Macri y el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica.

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Luego de varias caídas, según datos del Indec, en octubre se registró el segundo superávit comercial consecutivo, que el Gobierno espera se consolide en los próximos meses y apuntale la situación fiscal, mediante los derechos de exportación que se anunciaron en los primeros días de septiembre.

Según detallaron fuentes a cargo de la política comercial, la intención para fines de este año y el que viene es apuntalar la política de apertura de mercados con el crecimiento de las exportaciones, impulsada por el Plan Argentina Exporta que implementa el Ministerio de Producción.

«Apuntamos a generar un cambio: que la exportación sea el eje de la política productiva. Exportar es el mejor camino para crecer y crear empleo. Las empresas exportadoras generan hasta tres veces más empleo que las no exportadoras y tienen salarios que son un 20% más altos que aquellas que nunca realizaron una venta al exterior», dijo la secretaria de Comercio Exterior, Marisa Bircher.

Desde que comenzó la administración Cambiemos, la balanza comercial ha sido en términos generales deficitaria. Si bien durante algunos meses de 2016 logró que las exportaciones superen a las importaciones, en 2017 esa tendencia se revirtió y, de la mano de un dólar considerado «atrasado», las compras hacia el exterior significaron cada vez más una fuente de salida de dólares, lo que complicó las cuentas externas del Estado.

De acuerdo a los últimos datos del Indec, septiembre y octubre fueron los primeros dos meses desde finales de 2016 en que el balance entre las compras y las ventas con el resto del mundo fue positivo. El dólar más alto desincentivó las importaciones y, más lentamente, benefició a las exportaciones.

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Al mismo tiempo, y por la misma razón, la cantidad de viajes al exterior representaron un factor de escape de dólares desde la Argentina hacia otras partes del mundo. Tras la devaluación, comenzó una notable caída en este tipo de gasto.

También según la información del organismo estadístico, en octubre, el turismo emisivo retrocedió más de 17%, cifra récord en lo que va del año. Lo que muestra que el encarecimiento de los destinos extranjeros derrumbó las posibilidades de vacacionar afuera para algunos sectores de la sociedad.

Nuevos mercados
Este fue un año de apertura de nuevos mercados para varios productos argentinos. China, Indonesia y Tailandia, para los arándanos y los dos primeros para cerezas, por el lado de las economías regionales.

Otro de los puntos en los que trabajó el Gobierno Nacional fue en abrir más mercados a los distintos tipos de carne: 10 para bovinos, 4 para aviar, 3 para caprina, 3 para ovina y 2 para porcina. Esa apertura de mercados se coronó con la noticia de que la Argentina volvió a exportar carne a los Estados Unidos después de 17 años.

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En el caso de China, se logró la apertura para carne vacuna enfriada con y sin hueso, carne vacuna congelada con hueso y carne ovina y caprina de la Patagonia. En Japón se consiguió la apertura de carne bovina y ovina de la Patagonia, al tiempo que para Singapur se abrió para carne con y sin hueso bovina, caprina y ovina. En el caso de la aviar, se logró la apertura de Canadá, México y Rusia.

Con estas aperturas consumadas, el Gobierno buscará apuntalar la oferta exportadora con el Plan Argentina Exporta, que tiene como fin acercar todas las herramientas disponibles para que empresarios puedan iniciarse en el proceso de exportación o aumentar sus ventas al exterior.

La mejora en la dinámica exportadora a la que apuesta el Gobierno para el cierre de este año y el 2019 explica también una de las medidas que levantó polémica en el sector exportador en los últimos meses, mientras se discutía el Presupuesto del año próximo.

Para ayudar a alcanzar la meta de déficit cero, el Ejecutivo dispuso nuevas retenciones a la exportación, que implican un tributo de $4 por cada dólar exportado en las ventas externas primarias y en servicios y de $3 por dólar en el resto de los envíos con valor agregado.

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Además, se interrumpió la reducción gradual de las retenciones a la soja, que estaban en 25,5% y se dispuso una retención del 18% para porotos, harinas y aceite de soja, adicional al derecho de 3 o 4 pesos por dólar, según corresponda.

Sin embargo, pese a que la respuesta al nuevo tipo de cambio y la caída en la actividad económica tuvo un impacto positivo en la balanza comercial en septiembre y octubre, y se espera lo mismo para los últimos dos meses del año; el nuevo impuesto impactó negativamente en la estructura de las exportaciones del agro, con caídas del 50% en la harina de trigo y números similares para la de soja, mientras que suben las ventas del cereal sin procesar y el poroto de soja.

El tira y afloje del biodiésel
La novela del biodiésel escribió sus propios capítulos en la historia de las relaciones comerciales argentinas durante 2018. En pleno G20, el Gobierno se anotó un tibio triunfo, al contar que logró que la administración de Donald Trump aceptó revisar las sanciones al combustible renovable local.

En febrero, el Departamento de Comercio de EEUU decidió aplicarles aranceles a los combustibles argentinos por cinco años, ya que consideró que estaban subsidiados por un valor de entre el 60,44% y el 86,41% inferior al precio de mercado, por lo que le impuso esos mismos porcentajes.

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Si bien en la reunión de Mauricio Macri y Donald Trump, durante el G20, no trataron el tema, el canciller Jorge Faurie indicó que las gestiones argentinas en las instancias administrativas correspondientes estaban en marcha.

El mercado estadounidense es uno de los más importantes del mundo para el biodiésel local. Las exportaciones argentinas -previas a la aplicación de los derechos antidumping y compensatorios- fueron por 1500 millones de dólares por año, lo que representaba en 2016 el 25% del valor de las ventas de nuestro país a Estados Unidos.

Fuente: TN