Brasil parece ir despertando lentamente de su largo letargo. En el primer mes del año, la producción de vehículos alcanzó las 216.834 unidades, lo que supone un incremento interanual del 24,6%.
Las cifras del sector automotor reflejaron la leve mejoría en los índices macroeconómicos que registró Brasil el año pasado tras la profunda recesión en el período 2015-2016, que provocó una caída del Producto Bruto Interno (PBI) de más del 7%.
El aumento en la producción en enero fue posible en gran parte por el buen desempeño que tuvo el sector exportador, pues fueron enviadas al exterior 47.029 unidades, lo que supone un nuevo récord para ese mes al superar la marca de las 46.000 fabricadas en 2006.
Antônio Megale, presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea) afirmó que “estamos saliendo de la fase más depresiva…es un número bien razonable para enero, estuvimos en la media de los últimos diez años”. Y pronosticó que “El pasado enero fue el mejor de la historia, entonces estamos caminando para batir este año el récord en exportaciones”.
En enero, el volumen de vehículos exportados por Brasil se incrementó un 23,6% en comparación con el mismo mes del año pasado, mientras las ventas de vehículos nuevos llegaron a 181.263 unidades, equivalente a un 23,14% más con respecto al mismo mes de 2017, según divulgó la Federación Nacional de Vehículos Automotores (Fenabrave).
El sector automotor, que significa cerca del 4% del PBI brasileño, fue uno de los más golpeados por la reciente crisis, cuyos efectos se sienten aún en los índices de desempleo. Y el sector de la exportación tiene un papel importantísimo en la producción brasileña.
Pero la economía de Brasil comenzó a dar los primeros signos de recuperación el año pasado, con una leve expansión que rondaría según los especialistas, el 1%, a falta de datos oficiales consolidados.
Los máximos directivos de las terminales automotrices coinciden en destacar que el 2018 será el que consolide la reactivación de la industria que se verificó el año pasado, tras cuatro años de retroceso por el debilitamiento del mercado interno ante el receso de la economía del país.
En el 2017 se produjeron 472.158 unidades, 615 unidades menos que 2016; y se exportaron 209.587 vehículos, con un crecimiento de 10% respecto de las 190.008 unidades exportadas el año anterior. Ante el panorama mostrado en enero pasado, la Asociación de Fábricas de Automotores ajustó al alza las previsiones de exportaciones, aunque, por el contrario, vaticinan un mercado interno menos expansivo. La entidad recordó que las estimaciones de crecimiento para 2018 se ubicaban en torno al 10% en producción y 20% en exportaciones, “pero el escenario se ha modificado positivamente”.
Los principales directivos del sector creen que “la producción nacional de vehículos puede alcanzar las 565.000 unidades, un 20% por sobre el comportamiento de 2017. Por su parte, las exportaciones de autos y comerciales livianos podrían alcanzar las 300.000 unidades, es decir, un 43% de crecimiento comparado con el año pasado”.
El nuevo nivel esperado de unidades que saldrán de los trenes de montaje se ubica en un rango superior al 2015, pero se mantendría todavía unas 50.000 unidades por debajo del 2014. El récord fue el año 2011, con una producción rozando los 829.000 vehículos y exportaciones de unos 507.000 automotores, su máximo histórico.
Por el contrario, tras un impulso del 27% de los patentamientos en 2017, ahora el conjunto de las terminales llegó al consenso de un crecimiento acotado a un rango de 5%, con unas 945.000 unidades vendidas, lo que se aproxima al récord de 964.000 vehículos alcanzado cinco años atrás.
De todas formas, los industriales del sector revisarán nuevamente las previsiones en primer cuatrimestre, atendiendo a la evolución del mercado interno y externo.
Según Folha de Sao Paulo, el auge de las exportaciones automotrices brasileñas sugiere que Sudamérica está repuntando tras una desaceleración de casi tres años provocada por el colapso del boom de los productos básicos. “La recuperación económica en América Latina está cobrando impulso”, escribió Neil Shearing, economista jefe de mercados emergentes de Capital Economics.
Fuente: MarcoTrade