La primera ministra de Reino Unido, Theresa May, inicia una gira por China buscando estrechar vínculos respondiendo a una invitación del primer ministro chino, quien le dio la bienvenida en una ceremonia en el Gran Palacio del Pueblo en Beijing. Se trata de la primera visita de May a China desde que asumió su cargo y se reunirá con los líderes chinos para intercambiar opiniones sobre los lazos bilaterales y los asuntos regionales e internacionales. También viajará a Shanghai y Wuhan.
Al inicio de su visita oficial de tres días (31 enero a 2 febrero), al gigante asiático, May afirmó que Reino Unido buscará una cooperación más estrecha con China, ante su retiro de la UE: “Estamos decididos a profundizar aún más nuestra relación comercial y somos ambiciosos en lo que será nuestra futura relación comercial… Reino Unido y China son socios globales a largo plazo”.
La primera ministra reveló que durante su visita, los dos países firmarán acuerdos de cooperación por más de 11.200 millones de dólares, no sólo para mejorar las relaciones comerciales entre las dos naciones, sino también sus vínculos de cooperación en sectores como el científico y el educativo.
China acordó por su parte, levantar la prohibición de las exportaciones británicas de carne vacuna en los próximos seis meses. La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores Hua Chunying, destacó que la visita es de gran importancia para los vínculos bilaterales bajo las nuevas circunstancias y marca el inicio de una “era dorada” para los lazos bilaterales. “Esperamos que esta visita profundice la confianza política mutua, expanda la cooperación de beneficio mutuo de forma generalizada e impulse aún más la asociación estratégica intergral global entre China y Reino Unido para el siglo XXI», señaló la funcionaria.
La visita se había retrasado a lo largo del 2017 debido a la incertidumbre que vivía el Reino Unido, tras las elecciones generales, el Brexit y las complicadas negociaciones con la UE aún en curso. Antes de trasladarse a la ciudad de Wuhan capital de la provincia de Hubei, en la región central del país, May destacó que “también acordamos abrir el mercado chino para permitir que nuestra gran experiencia en servicios financieros llegue a más consumidores chinos”.
Londres que está bajo una inmensa presión, intenta mitigar el impacto de la salida de la UE, consolidando sus relaciones comerciales bilaterales más allá de sus ex socios europeos. El Reino Unido es el segundo socio comercial de China dentro de la UE y China es el segundo mayor socio comercial de Gran Bretaña por fuera de la UE. El volumen comercial entre los dos países alcanzó los u$s 79.000 millones en 2017, pero apenas un 3% de las exportaciones del Reino Unido terminaron en China. Londres tiene centradas sus esperanzas en la firma de un acuerdo de libre comercio con China, una vez salga de la UE en marzo de 2019.
Sin embargo, May no ha podido evitar ciertas reconvenciones expresadas a través de la agencia oficial Xinhua en el comentario de Jin Jing y Gu Zhenqiu, quienes bajo el celebratorio título de “Era Dorada de lazos entre China y el Reino Unido brillará aún más”, publicado en el día de hoy, advierten “que la confianza se ha logrado con un trabajo muy duro y se puede perder muy fácilmente. Los lazos entre China y el Reino Unido entraron en un período de prueba cuando May, poco después de convertirse en la primer ministra británica en 2016, retrasó el ya aprobado proyecto Hinkley Point C argumentando ‘preocupaciones de seguridad’ acerca de las inversiones chinas. Esa campanada infundada de ‘chinofobia’ va en detrimento, no solamente de las relaciones entre China y el Reino Unido, sino también de la imagen muy pregonada por la líder británica de una «Gran Bretaña Global». Unos lazos bilaterales estrechos, como otras relaciones, necesitan una confianza mutua estable y una visión a largo plazo”.
La reconvención proviene de que en agosto de 2016, la prensa británica filtró que “los funcionarios del gobierno están buscando ver si hay algún resquicio legal, cláusula o problema en los contratos que aún no se han firmado que permitan al Gobierno retroceder sin grandes pérdidas y al mismo tiempo salvando la cara, (para lo cual, como) Beijing “se resistirá a cualquier compromiso sobre el acuerdo”, una de las opciones bajo consideración es aprobar Hinkley Point C pero retrasar una decisión sobre el reactor Bradwell. En septiembre de 2016, el gobierno del Reino Unido anunció la aprobación del plan con “nuevas salvaguardias significativas” y en julio de 2017, el costo de construcción estimado que había aumentado en dos años a £ 19,6 mil millones y revisado a £ 20,3 mil millones, por el costo estimado de demora de quince meses, con una fecha de inicio entre 2025 y 2027.
La visita de May ha servido para que los dos países planeen redoblar la cooperación práctica en campos como la tecnología nuclear, los trenes de alta velocidad, energía, industria aeroespacial e inteligencia artificial, entre otros. En el reciente Diálogo Económico y Financiero, las partes han propuesto la creación de un fondo de inversión bilateral con una primera ronda de inversiones de u$s 1.300 millones, destinados a la creación de empleos, promoción del comercio y apoyo a la iniciativa china de la Franja y la Ruta. Gran Bretaña fue uno de los primeros países de Occidente en sumarse a la propuesta china del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII), como miembro fundador.
El primer ministro chino Li Keqiang, tras señalar que la economía mundial ha mostrado signos de recuperación,manifestó que todos deben valorar el impulso chino para avanzar en la liberalización y facilitación del comercio y la inversión y la globalización económica e hizo un llamado a que los mercados mundiales tengan expectativas estables.
Para China, las actuales circunstancias por las que atraviesa el Reino Unido con el Brexit pueden facilitar una mirada más allá de sus socios tradicionales -UE y EEUU- y ver en China un socio con importantes posibilidades. Mientras Washington lanza más medidas proteccionistas, las relaciones entre Beijing y Londres tienen la oportunidad de alcanzar un nuevo récord ya que ambos siguen comprometidos con el libre comercio y la globalización, tal como ratificó May: “Tanto Reino Unido como China apoyan la globalización y se oponen al proteccionismo comercial”.
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