La petrolera estatal pierde participación en la producción de crudo en Brasil, se plantea vender los derechos que posee en tres áreas petroleras y busca socios para cederles el control de cuatro refinerías.
La petrolera controlada por el Estado generaba en 2010, el 93% de la producción de Brasil. En la actualidad esa proporción ronda un 75% (febrero 2018), y continúa disminuyendo a medida que las mayores petroleras del mundo, como Exxon Mobil, Total y Statoil, compiten para obtener mayores participaciones en uno de los yacimientos petrolíferos más promisorios jamás descubiertos: el gigantesco ‘Presal’, ubicado frente a la costa sudeste de Brasil, que el regulador petrolero del país considera como el mayor descubrimiento en el mundo en los últimos 50 años.La petrolera de Brasil está acorralada por sus deudas y no tiene otra opción que perder el control absoluto de la producción petrolera del país. Necesita dinero fresco y por eso, desde setiembre pasado, Brasil ha subastado tres bloques petroleros y tiene una subasta más programada.
Nadie en la empresa se alegra, pero como señala Nelson Silva, Director de Estrategia, Organización y Gestión de Petrobras: “No es que sea bueno perder share, pero es importante tener otras compañías en el país…Y no es posible tener una cosa sin la otra”.
La situación financiera obliga a perder participación pero tiene una contracara: Petrobras suma la experiencia de las mayores petroleras del mundo e incorpora fondos a sus arcas vacías. La actual posición de la empresa es, en parte, consecuencia de su decisión de expandirse a segmentos de negocios como la refinación y los petroquímicos, que agotaron el flujo de efectivo y desviaron a la compañía de la exploración y producción de petróleo.
Por otra parte, esos nuevos proyectos soportaron dos tsunamis: la brutal caída de los precios mundiales del petróleo y la cadena monumental de sobornos y fraudes cuya investigación hoy se conoce como ‘Lava Jato’. Para Samuel Pessoa, economista de la universidad Fundación Getulio Vargas, “no es malo que Petrobras tenga un papel menor, es bueno. Lo que es realmente malo es que Brasil no estÉ produciendo 4 millones de barriles por día como estaba planificado”.
Las ventas están a la orden. Exxon gastó más de u$s 2.000 millones con socios, adquiriendo 22 licencias off shore en los últimos seis meses. En los campos off shore de Sapinhoa, los socios de Petrobras son Royal Dutch Shell y Galp Energia SGPS. Total y Statoil también han comprado participaciones en campos off shore operados por Petrobras en los últimos dos años.
Los expertos están de acuerdo en que “el Presal” es demasiado grande para una sola compañía. Hace dos semanas, la estatal Petrobras anunció que puso a la venta el 50% de los derechos que posee en tres áreas petroleras situadas en las cuencas de Campos y Santos, ubicadas en la región sudeste de Brasil.
Se trata de las áreas de “Tartaruga verde” y del “Módulo III del campo de Espadarte”, ambos localizados en las aguas profundas de la cuenca de Campos. En el primero, está previsto que comience la producción en este segundo trimestre de 2018, con la previsión de alcanzar un pico de más de 100.000 barriles diarios en 2019. Y en el segundo, la producción se iniciará a comienzos de 2021 con una cota máxima de 10.500 barriles diarios.
Petrobras también venderá en los próximos meses, el 100%, del campo de Baúna, situado en aguas rasas de la cuenca de Santos, donde ya opera, con una producción media de crudo de unos 34.000 barriles por día.
El plan de desinversión tiene por objeto una profunda reestructuración con la intención de reducir su tamaño y unas pérdidas que en 2017, por cuarto año consecutivo, llegaron a los 133.500 millones de dólares. Al concluir el ciclo 2017-2018, la estatal brasileña espera haber vendido activos por 21.000 millones de dólares, que se sumarán a los 13.600 millones de dólares obtenidos en el bienio anterior.
Por último, Petrobras presentó esta semana una propuesta para ceder el control de cuatro refinerías situadas en las regiones nordeste y sur de Brasil, que tienen una “dimensión relevante en el mercado”, según el informe de la propia compañía. Se trata de Abreu e Lima (RNEST) y Landulpho Alves (RLAN), en el empobrecido nordeste brasileño, y Presidente Getúlio Vargas (REPAR) y Alberto Pasqualini (REFAP), ubicadas en el sur del país.
La propuesta también incluye cinco terminales asociadas a las dos refinerías del nordeste, cuya capacidad de procesamiento alcanza los 430.000 barriles por día, y otras siete vinculadas a las dos plantas del sur, que pueden procesar 416.000 barriles diarios.
Petrobras propone ceder el 60 % a sus futuros socios y quedarse con un 40 % de la operación en estas cuatro refinerías y doce terminales. El portavoz de Petrobras remarcó que la empresa mantendría intacta su participación del 100 % en otras nueve refinerías y 36 terminales que posee en el resto del país.
De concretarse la propuesta, Petrobras reduciría su participación en el mercado de refinado en Brasil desde el 99 % que ostenta en la actualidad hasta el 75 %, de acuerdo con las previsiones de la propia empresa, que evalúa que esta asociación inédita en el mercado de refino “garantiza la dinámica del mercado y reduce el riesgo de una competencia depredadora”.
Fuente: MarcoTrade Petrobras – Efe – Bloomberg