El Gobierno confirmó cambios en la importación de vehículos así como de autopartes para la Argentina e introdujo el concepto de vehículos autónomos a la normativa vigente. “En un futuro se va a poder utilizar este tipo de vehículos incluso en transportes comerciales”, adelantó el vocero presidencial, Manuel Adorni.
El paquete de medidas, que incluye también cambios en las licencias de conducir y la Verificación Técnica Vehicular (VTV), hace especial énfasis en las homologaciones directas de vehículos que arriben al mercado local para “facilitar la importación de vehículos en serie”.
La principal novedad sería la eliminación tanto de la Licencia de Configuración de Modelo (LCM) como de la Licencia de Configuración Ambiental (LCA) para traer vehículos del exterior, siempre y cuando estos cuenten con certificados internacionales que permitan su circulación en otros países. Por ahora, hasta que se establezca su reglamentación en el Boletín Oficial, la primera se obtiene mediante una gestión ante el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), y la segunda se tramita a través de la Subsecretaría de Medio Ambiente.
El objetivo del Gobierno es que se concrete una homologación automática para unidades que provengan de países con certificaciones internacionales reconocidas. De esa manera, las autoridades nacionales solo deberían certificar que efectivamente el vehículo esté verificado por organismos con reconocimiento, algo que en principio afectaría más que nada a modelos provenientes de la Unión Europea y los Estados Unidos.
Esto permitiría la llegada de nuevos modelos a la Argentina y la posibilidad de que sean también los particulares los que importen vehículos, medida que había sido adelantada tiempo atrás por el ministro Federico Sturzenegger.
Desde Hyundai celebraron la medida. “Se está viendo una voluntad del Gobierno de simplificar los procesos, bajar los precios y aumentar la competencia, así que bienvenido sea”, comentaron a LA
desde esa marca. NACION En Hyundai también destacaron la iniciativa de eliminar el arancel de los autos electrificados con bajo valor FOB, aunque ninguno de sus vehículos pueda aplicar. “Son decisiones que terminan beneficiando al consumidor, por lo que son para aplaudir, al igual que la eliminación de una escala de los impuestos internos y la reducción de la segunda, lo que nos permitió bajar nuestros precios hasta US$9000 en un modelo”, opinaron.
En tanto, referentes de la industria agregaron: “Son buenas medidas, pero hay que esperar a que se reglamenten”. Siguiendo ese lineamiento, comentaron que puede ser beneficioso, pero que se deben evaluar el alcance y el impacto en el mercado. Por el momento, las principales marcas aguardan a la publicación en el Boletín Oficial para emitir comunicados oficiales.
No obstante, fuentes cercanas al sector automotor se mostraron preocupadas por el permiso de importación de vehículos a particulares. “Es una medida razonable, coherente con el pensamiento del Gobierno, pero siempre y cuando se exijan las mismas condiciones que a nosotros”, advirtieron a LA NACION.
“Si bien se liberaron notablemente los permisos para la importación y aumentó la libertad para traer vehículos, todavía queda un camino en los términos de pago, que no son simples”, añadieron.
“Lo que planteamos es tener las mismas condiciones para homologar que un tercero. No podemos tener niveles de exigencia en seguridad y emisiones distintas según quien importe”, afirmaron desde la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa). Por otro lado, celebraron la medida y cerraron: “Cuanto más fácil y simple el proceso, mejor”.
Simplificación
La otra medida desregulatoria apuntó a liberar la importación de autopartes. Para ello, ya no será necesario tramitar en las oficinas del Estado el Certificado de Homologación de Autopartes de Seguridad (CHAS). Esto no quiere decir que se vayan a eliminar los certificados de las piezas, sino que ya no será necesario asistir a una oficina estatal para obtener el CHAS y alcanzará la certificación obtenida sin la necesidad de atravesar por ese último paso burocrático.
A partir de su reglamentación, si se cuenta con la certificación de las piezas por parte de los organismos aceptados por la Unión Europea, la mismas ya serán válidas, según confirmaron a desde la LA NACION Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC).
Las que no cuenten con la certificación mencionada, deberán seguir obteniendo la certificación correspondiente según las normas del Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM) y el INTI. Juan Cantarella, presidente de AFAC, comentó que “no nos parece mal que el Gobierno busque hacer la vida menos burocrática, pero otra cosa es que no haya ningún requisito para las partes”. En línea con ese criterio, explicó que “las autopartes deben tener una exigencia mínima en seguridad que aseguren su prestación”.
Otra modificación, explican especialistas, es que ya no sería la Aduana la encargada de hacer el control de la certificación y homologación de las partes, sino el propio mercado. “El mercado va a detectar y denunciar las piezas que no cuenten con la certificación correspondiente, pero una vez que ya ingresaron al mismo”, comentaron. “La baja de los costos de los repuestos va a evitar el famoso ‘lo atamos con alambre’, lo que va a terminar aumentando la seguridad de los vehículos”, destacó Adorni.
Fuente: La Nación