Cómo afecta el congelamiento de precios a la exportación de productos.
El efecto dominó de las medidas que toma el Gobierno se hace sentir en el sector de los alimentos. A una restricción a la exportación de carne y a una mayor complejidad para exportar maíz, además de temores por la intervención en el trigo, se suma el congelamiento de precios, que al tener incidencia en los costos de producción, influye también en las posibilidades exportadoras.
Marcelo Elizondo, especialista en negocios internacionales, explica que toda intervención drástica en los mercados afecta la capacidad productiva. “La Argentina tiene una congestión regulativa muy fuerte que obstruye a la economía, y, dentro de ella, está la política de precios”, define.
¿Cómo puede afectar alas exportaciones ?“Esta situación difiere las decisiones de inversión. Se dejan de lado proyectos productivos. Desde esta perspectiva afecta la capacidad exportadora. Adicionalmente, lo que puede ocurrir es que se generen problemas en la producción de bienes que son parte de la oferta exportable”, agrega Elizondo.
La problemática tiene distintas aristas, la principal es económica.
“Fijar precios nunca funcionó, desalienta la producción y reprime a la inflación, que termina rebotando. Una segunda arista es que se crea un clima de tensión entre la producción y el Gobierno, por lo que puede haber reducción, postergación y reducción de proyectos por parte de las empresas”, afirma el consultor.
Los empresarios aseguran que desde el Gobierno no hubo flexibilidad para acordar una salida en conjunto. Mario Grinman, presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), dice que “los empresarios hemos terminado acordando en todas las gestiones. Nadie puede obligar a una persona que trabaje a tasa negativa de rentabilidad. El congelamiento de precios es una herramienta de 1952 que se usó varias veces y que nunca funcionó. Desearía equivocarme en el pronóstico, pero creo que va a suceder lo que pasa siempre: se va a empeorar la situación. Todos tienen varios proveedores atrás, cada uno con su problema -continúa- algunos con insumos que vienen del exterior. El fabricante va a vender todo lo que tiene en stock, pero si lo tiene que reponer y el precio de reposición es más caro que el precio de venta, no lo va a fabricar y ahí empiezan los faltantes”, cierra.
Fuente: La Nación