Trámites. Pros y contras de la Ventanilla Única de Comercio Exterior Argentino.

Trámites. Pros y contras de la Ventanilla Única de Comercio Exterior Argentino.
Ya han transcurrido 4 años desde la implementación de la Ventanilla Única de Comercio Exterior Argentino (Vucea) en las exportaciones de distintos grupos de mercaderías en donde su impacto se consideró que iba a ser significativo: los derivados del reino vegetal cuyo control está dentro de la órbita del Senasa, y los vinos y mostos de uva, supervisados por el INV. A mediados de 2019 se incorporaron las exportaciones vía acuática de determinadas carnes.
Las intenciones de la Vucea son muy loables, y su objetivo es permitir a los operadores involucrados en una misma operación de comercio exterior que cumplan con todos los trámites asociados, proporcionando información y documentos de manera estandarizada, con un único punto de entrada.
Básicamente se trata de una reingeniería de procesos para que la información requerida y producida en un determinado trámite ante un organismo sirva para otro que actúa en la misma operación. Es decir, se deben armonizar en un mismo procedimiento de trabajo todos los pasos requeridos, viendo a la operación como un único proceso de exportación. Es una tarea titánica que hasta el momento ha traído resultados dispares.
Por un lado, ha permitido digitalizar la información, primera gran tarea para cualquier proceso que se quiere mejorar. Actualmente toda la información se encuentra disponible para funcionarios de distintos organismos que necesiten utilizarla y no en sistemas o archivos aislados. Además, se encuentra alojada en la nube, con lo cual, a través de su clave fiscal, los usuarios pueden registrar sus trámites o cumplir su parte del proceso en cualquier momento y desde cualquier lugar. Pero esto no implica necesariamente que se hayan desarrollado todos los sistemas para que las autorizaciones se realicen de manera permanente, es decir, los agentes públicos continúan realizando sus tareas en los horarios prestablecidos. Por ejemplo, los controles del INV son realizados en horarios hábiles mientras que los aduaneros pueden ser solicitados que se realicen en horarios no laborables. O sea, si bien la Vucea ha agilizado el proceso al reducir el registro de datos evitando su duplicación y digitalizándolos, no significa que lo haya logrado hacer completamente automático.
Como consecuencia de las mejoras conseguidas, también han quedado en evidencia aspectos a mejorar por los particulares. Entre ellos, la administración de la información de gestión que no se encuentra en las bases de datos oficiales, como por ejemplo los saldos de los análisis de exportación realizados ante el INV o la codificación de sus productos. Para que funcionen adecuadamente, los procedimientos de exportación tienen puntos de control muy rigurosos y requieren extrema exactitud en el registro de datos, de lo contrario estos deben ser rectificados por distintas áreas de los organismos actuantes, con las consiguientes demoras y costos para los operadores.
Por último, no se puede dejar el proceso de mejora inconcluso. Como sucede en cualquier reingeniería y en general en la informatización, una vez que se lanza y se perciben las primeras mejoras, los usuarios quieren más. Es decir, los operadores se preguntan por qué no se ha avanzado en otros puntos del proceso como la gestión ante las terminales portuarias para permitir a los contenedores, en especial los procedentes del interior, ingresar de manera más expeditiva, bajo procedimientos estandarizados e información compartida por todos los involucrados en el control. Sin dudas que esto será abordado y resuelto por las iniciativas actualmente en desarrollo de la Ventanilla Única Marítima Argentina (VUMA) y el Port Community System (PCS).
Fuente La Nación