¿Qué son los aranceles recíprocos de Trump y por qué el 2 de abril será una fecha clave para el comercio global?

Los vientos arancelarios que soplan con fuerza por estos días en el mundo podrían ser solo el augurio del inicio de una tormenta el próximo 2 de abril.

En esa fecha el gobierno estadounidense que encabeza el presidente Donald Trump planea implementar su llamado “Plan justo y recíproco” sobre comercio, que de forma simplificada se ha dado en llamar plan de “aranceles recíprocos”.

Pero, ¿qué son estos aranceles recíprocos y por qué podrían enrarecer más el ya crispado ambiente del comercio global?

Ojo por ojo
En esencia, la instrumentación de aranceles recíprocos implica que Estados Unidos aplique a cada país, las mismas tasas arancelarias que cada país aplica a Estados Unidos.

“Si nos aplican aranceles, nosotros les aplicamos los mismos aranceles” resumió el presidente Trump el pasado 4 de marzo en su primer discurso del Estado de la Unión, ante las cámaras legislativas del país.

Esto parece algo elemental, pero actualmente no ocurre, ya que desde hace años Estados Unidos decidió, soberanamente, abrir su economía y bajar sustancialmente sus aranceles, pero los países con los que comercia no necesariamente han hecho lo mismo.

Actualmente Estados Unidos cobra –a todos los países con los que no tiene un acuerdo comercial– una tasa promedio de 2.5% a la importación de bienes no agrícolas y de 5% para bienes agrícolas.

Estas tasas operan bajo las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), de la que Estados Unidos forma parte.

Dichas reglas establecen que, si un país miembro otorga un trato preferencial a otro país miembro, automáticamente debe igualar ese trato a todos los integrantes de la OMC.

A esto se le conoce como el principio de la Nación Más Favorecida (NMF) y cada país determina cuál será el arancel NMF que aplicará a los miembros de la OMC.

Los aranceles NMF que cobra Estados Unidos –el 2.5% referido para productos no agrícolas y el 5% para los agrícolas– son bajos respecto de los que cobran otros miembros de la OMC, pero fueron determinados por Washington hace años por así convenir a sus intereses.

Sistema es injusto: Trump
Hoy, Donald Trump se ha referido a esa situación como injusta y señalado a los países de haberse aprovechado de su país.

En su discurso del 4 de marzo, citó al respecto: “La India nos aplica aranceles automotrices que rebasan el 100%; el arancel promedio que aplica China sobre nuestros productos es dos veces el que nosotros le aplicamos y el arancel promedio de Corea del Sur es cuatro veces más alto. Piénsenlo, cuatro veces más alto y nosotros les damos mucha ayuda militar y apoyo en muchos otros sentidos, pero así están las cosas. Este sistema no es justo para los Estados Unidos y nunca lo fue”.

De modo que el pasado 13 de febrero el presidente Trump anunció su “Plan justo y recíproco” sobre comercio, para establecer aranceles recíprocos a partir de este 2 de abril.

En el comunicado del anuncio, como justificación, se lee: “Estados Unidos es una de las economías más abiertas del mundo; sin embargo, nuestros socios comerciales mantienen sus mercados cerrados a nuestras exportaciones. Esta falta de reciprocidad es injusta y contribuye a nuestro elevado y persistente déficit comercial anual”.

Para determinar el detalle de los aranceles recíprocos, Trump instruyó al Departamento de Comercio para que elaborara un estudio completo sobre los déficits comerciales bilaterales de Estados Unidos y diera recomendaciones en materia de tarifas.

Ese estudio debe entregarse a más tardar el 2 de abril, fecha en la que está programada la entrada en vigor de los nuevos impuestos.

Claves para el mundo y para México
A pesar de que Trump ha afirmado que simplemente aplicará aranceles recíprocos, no está claro si solo responderá aplicando tasas recíprocas a cada país o hará excepciones, caso por caso.

Lo que sí está claro es que, al aplicar tarifas diferenciadas por país, Washington estaría rompiendo el principio de la NMF, lo que implicaría una fractura significativa de las reglas de comercio global que han estado vigentes por décadas y sería un descrédito más para la OMC, cuya autoridad ha tenido mella desde el primer mandato de Trump.

Además, países como los de la Unión Europea han anunciado ya que responderán con medidas retaliatorias, lo que amenaza con elevar de tono la guerra comercial que se detonó el pasado 12 de marzo, luego de que Washington comenzará a aplicar aranceles generalizados de 25% a la importación de acero, aluminio y sus manufacturas.

En el caso de México, la presidenta Claudia Sheinbaum ha dicho que confía en que, de hecho, todos los amagos arancelarios de Estados Unidos contra el país queden diluidos el 2 de abril, una vez que se emita el estudio del Departamento de Comercio.

Su argumento más fuerte es que, dado que México no aplica aranceles a Estados Unidos (por la existencia del T-MEC), entonces México debería recibir el mismo trato, es decir, no ser objeto de tarifas.

Por ese mismo motivo, decidió esperar a esa fecha para decidir si México aplicará alguna represalia a su vecino por los gravámenes al acero y aluminio, que también le perjudican de momento.

También para esa fecha, fenece la última pausa que Washington dio para aplicar aranceles generalizados de 25% a México y Canadá, pero en este caso para presionar a los países para entregar más resultados en la lucha contra el fentanilo y la migración ilegal hacia Estados Unidos.

Fuente: El Economista