Oportunidades y desafíos comerciales para el despegue económico argentino.

En diálogo con Movant Connection, Rodolfo De Felipe expone su análisis sobre el impacto de la inestabilidad económica en el comercio exterior argentino, la importancia de la logística y las oportunidades que habrá en las áreas que llama “las turbinas del desarrollo”.

¿Qué es LIDE?
LIDE es un grupo privado de líderes empresariales enfocado en promover el liderazgo ético en Argentina y en varios países de la región. Los miembros deben cumplir con una agenda ética que incluye prácticas de responsabilidad social, diversidad, integridad y un fuerte compromiso con la transparencia y en contra de la corrupción. En LIDE, promovemos un networking de alto nivel, ofreciendo a nuestros miembros oportunidades de vincularse y colaborar en iniciativas de legado positivo que contribuyan a la sociedad.

Entendemos que cuanto más se despliega el propósito de una empresa o persona, mayor es la necesidad de dejar una contribución positiva. Así, estamos siempre atentos a generar impacto positivo, promoviendo un liderazgo que busque un bien mayor para la comunidad.

¿Cuáles son las principales áreas de oportunidad para el crecimiento económico en Argentina?
Argentina tiene recursos estratégicos que, bien aprovechados, podrían transformar la economía y mejorar la competitividad del país. Las áreas clave, que llamo “las cuatro turbinas del desarrollo”, son los agronegocios, la energía, la minería y la economía del conocimiento. Cada uno tiene un gran potencial.

Por ejemplo, el sector agrícola es increíblemente avanzado tecnológicamente, a pesar de los impuestos elevados, y representa una fuente fundamental de ingresos en dólares. La minería es otra área con enorme potencial, aunque menos desarrollada que en otros países vecinos. En Chile, por ejemplo, el sector minero aporta una exportación muchísimo mayor, y en Argentina podríamos hacer lo mismo, pero eso requiere mucha inversión y tiempo.

En cuanto a la energía, tenemos recursos de vanguardia en energía renovable, como el viento y el sol, que podrían posicionarnos como grandes exportadores. Finalmente, la economía del conocimiento es un área que sigue creciendo y atrayendo inversores internacionales, impulsada por el talento argentino. En el mundo de la tecnología, el recurso humano que descolla es de los hindúes pero atrás vienen, muy cerca, los argentinos.

¿Qué tan fundamental es la logística en este proceso de crecimiento?
La logística es un pilar que permite que Argentina pueda ser competitiva en el comercio internacional. No importa cuán bueno sea un producto, si no llega a los mercados internacionales en tiempo y forma, pierde su valor. La logística asegura que nuestros productos puedan competir con los de otros países. Un sistema logístico eficiente reduce costos, tiempos y asegura la calidad en la entrega, lo cual es esencial para que Argentina sea vista como un proveedor confiable.

Además, la logística cumple un rol clave en conectar nuestras áreas productivas con los puertos y fronteras, permitiendo que sectores estratégicos como los agronegocios, la minería y la economía del conocimiento puedan desplegar todo su potencial. Una infraestructura logística moderna y bien desarrollada no solo impulsa la competitividad de nuestras exportaciones, sino que también beneficia el mercado interno, generando empleo y facilitando el acceso a productos en todas las regiones del país.

¿Cómo afecta la inestabilidad económica a la competitividad de Argentina en el comercio exterior?
Uno de los principales obstáculos para que Argentina recupere su competitividad en el comercio exterior fue la falta de disciplina fiscal y monetaria que se mantuvo por tantos años. No se puede gastar más de lo que se genera ni emitir dinero sin respaldo, ya que eso alimenta la inflación. El famoso cepo cambiario también limita la posibilidad de crecer. Aunque existan incentivos para grandes proyectos, la mayoría de los empresarios medianos y pequeños enfrentan serias dificultades para operar de manera rentable y sostenible.

Muchos inversionistas potenciales observan las oportunidades en sectores clave, pero la falta de una política económica estable genera dudas. Sin embargo, hay interés, sobre todo en energía, agronegocios, minería y tecnología. Si se logra una estabilidad y un entorno favorable, Argentina tiene un potencial enorme para competir a nivel mundial, pero esto requiere decisiones valientes que permitan abrir las puertas al comercio y fortalecer nuestra economía.

¿Cuál es tu visión a futuro sobre el comercio internacional y la integración regional?
En el contexto global, Argentina ha perdido mucha visibilidad en lo relativo al comercio exterior en comparación con otras economías emergentes. Países como Brasil han ganado terreno en áreas en las que Argentina solía liderar. Hace años, éramos conocidos como el “granero del mundo”, pero hoy esa posición la ocupa Brasil, que nos supera ampliamente en producción agropecuaria y exportaciones. Esta pérdida de protagonismo no es casualidad; es el resultado de años de políticas que no permitieron un desarrollo adecuado y sostenible de nuestra economía.

No obstante, las necesidades globales futuras representan una oportunidad única para Argentina. La demanda de alimentos, energía y agua sólo crecerá en los próximos años, y nuestro país tiene recursos en abundancia para responder a estas necesidades.

A nivel regional, hoy en día el Mercosur es sólo un arancel externo común lleno de excepciones. Solo funciona en ciertos sectores, como el automotriz, pero limita la libertad de comercio en otros. La tendencia mundial apunta a acuerdos bilaterales más que a bloques regionales.

¿Qué expectativas tienes a futuro para Argentina en el comercio exterior y la economía?
Argentina tiene un gran potencial en sectores que serán esenciales para el mundo en los próximos 20 o 30 años. Hay una gran ventana de oportunidad abierta para Argentina, especialmente considerando que el mundo enfrenta desafíos crecientes en seguridad alimentaria y energética. Estamos en una posición privilegiada, con recursos naturales y un talento humano que destaca a nivel mundial. Esto nos da una oportunidad única para aprovechar y responder a las necesidades que el mundo tendrá en las próximas décadas.

Antes, nadie miraba a Argentina y ahora se observa con atención lo que podemos ofrecer en términos de energía, agronegocios, minería y tecnología. Tenemos que afianzarnos como un proveedor confiable y competitivo a nivel internacional. Si logramos estabilidad y un entorno favorable para el comercio, Argentina tiene todo para brillar en el escenario global.

Fuente: Movant