Los industriales frenaron la baja del arancel externo del Mercosur

Debido a la fuerte intervención de la brasileña Confederación Nacional de la Industria (CNI) y de la Unión Industrial Argentina (UIA), los gobiernos de Brasil, Paraguay y Uruguay cedieron en su apuro y la discusión para determinar si se baja el arancel externo del Mercosur se extenderá durante el segundo semestre.

Mientras se desarrollaba la reunión del Grupo del Mercado Común del bloque, fuentes gubernamentales revelaron a BAE Negocios que «no habrá baja del arancel externo común en los próximos tiempos, seguro. El ejercicio está en revisión y eso llevará por lo menos el próximo semestre; fue clave la oposición de los industriales de la Argentina y Brasil y ahora las autoridades deben ser cautas».

Bolsonaro, en cortocircuito
Asimismo, se conoció extraoficialmente que la Cumbre del Mercosur se desarrollará en forma virtual el próximo 2 de julio, donde Paraguay pasará la presidencia pro témpore a Uruguay. Frente a una débil figura como el presidente de Brasil Jair Bolsonaro -con muchos cortocircuitos políticos con gobernadores y empresarios-, la poderosa CNI presionó junto con la UIA en forma monolítica para evitar que baje el AEC en el corto plazo, como quieren el resto de los socios excepto la Argentina.

Como adelantó este medio, existían dos avanzadas peligrosas: el debate para la reducción del arancel externo común, y la instrumentación del libre comercio automotriz en el 2030. Sobre este eje, tampoco habrá novedades en el corto plazo. «Hubo reuniones Mercosur de autos; muy buena para trabajar en marcos a futuro para, respetando los acuerdos bilaterales vigentes entre Argentina con Brasil y Paraguay; y los de Brasil y Paraguay, ir hacia un acuerdo Mercosur en el futuro. Eso servirá para atraer inversiones y potenciar la producción local y regional», narraron en el Gobierno.

En definitiva, con la ayuda decisiva de los industriales, el presidente Alberto Fernández y su canciller Felipe Solá salieron airosos de otro frente de «tormentas» en medio de una inusitada pandemia. La intención del resto de los países es incluir a casi todos los rubros de la actividad manufacturera, con cierto apuro en la informática, telecomunicaciones, bienes de capital y automotrices.

El otro eje es un pretendido «acuerdo Mercosur para el libre comercio automotriz intrazona» en 2030. Sin embargo, el problema principal es que «Paraguay no quiere prohibir la importación de autos usados, que Argentina y Brasil ya le reclamamos por considerarlo algo perjudicial».

«El 40% de los vehículos vendidos en Paraguay son usados y la red de intereses es grande. Eso hace difícil las negociaciones. Nuestros autos no son competitivos ante un coreano o japonés usado, hoy al menos», detallan quienes al tanto de las rondas regionales en los últimos años.

Cabe recordar que tanto los autos como la industria del azúcar tienen regímenes propios e independientes de la normativa del bloque.

 

Fuente: Bae