El reciente Informe 2023 de la Organización Mundial de Comercio ratifica la importancia del comercio internacional para enfrentar los efectos de una policrisis internacional, ocasionada por una guerra con impacto global, los efectos de la pandemia y la crisis climática.
Para enfrentar la policrisis la OMC propone reemplazar las tendencias recientes de fragmentación y medidas unilaterales comerciales por una re-globalización. Es decir apostar nuevamente a la globalización, pero aprendiendo de los errores del pasado, donde este concepto probó tener sus limitaciones al no haber sido capaz de resolver plenamente las enormes desigualdades, la concentración del poder económico y el deterioro ambiental.
La re-globalización por su propia dinámica tiene el potencial de aumentar la contribución del comercio internacional a la solución pacífica de controversias y al crecimiento global sustentable. Para ello la OMC recomienda priorizar la diversificación de socios comerciales, lo que permite más resiliencia y menos tensiones.
Los problemas globales requieren soluciones globales y complejas. Por ejemplo las políticas ambientales deben lograr simultáneamente disminuir la degradación ambiental y promover una economía global integrada que facilite la transferencia de tecnologías verdes para acelerar la transición energética. El diagnóstico de la OMC nos demuestra lo importante que es aumentar el comercio entre países en desarrollo y, en ese contexto, las oportunidades que existen para la Argentina, que produce lo que el mundo necesita.
El aumento del comercio Sur-Sur puede contribuir con la sostenibilidad ambiental, la seguridad internacional y mitigar los efectos de la reciente pandemia (y la preparación para la próxima) a partir de las lecciones aprendidas.
La Argentina preside el Sistema Global de Preferencias Arancelarias entre Países en Desarrollo (SGPC) el único acuerdo interregional para liberalización de aranceles entre países en desarrollo bajo la cláusula de habilitación de la Organización Mundial de Comercio. Un régimen de reducción arancelaria preferencial, con concesiones ampliadas a todos los participantes en el SGPC, incluyendo también medidas no arancelarias y acuerdos sectoriales a largo plazo.
El SGPC abarca 42 países que cuentan con 4 mil millones de habitantes y representan el 20% de las importaciones mundiales de bienes. Incluye varios de los principales socios comerciales de la Argentina, como Brasil, Uruguay, India, Malasia, Indonesia, Egipto, Marruecos, República de Corea, Vietnam, Singapur, entre otros. El comercio entre países en desarrollo creció en promedio 11% anual entre 1995 y 2022, superando la tasa de crecimiento del comercio global (7%). Pasó de 600 mil millones de dólares en 1995 a 6.1 trillones de dólares en 2022.
El comercio Sur-Sur no solamente crece rápidamente en volumen sino también en calidad de contenido, generando mayor diversificación y resiliencia de las economías emergentes. Y tiende a promover exportaciones no tradicionales, incluyendo productos y tecnologías agroindustriales con mayor valor agregado y tecnologías para producción intensiva de manufacturas, permitiendo que las empresas puedan fortalecerse y generar nuevas cadenas de valor en la producción local. Entre 2020-2022 el 48% de las exportaciones Sur-Sur fueron de alta y media tecnología, como por ejemplo equipamiento y maquinarias de transporte.
Entre los participantes del SGPC están las economías emergentes más dinámicas del mundo, que generaron el 20.5% de la demanda mundial de importaciones. El SGPC es una importante plataforma de cooperación comercial entre países en desarrollo y bajo la presidencia argentina se iniciarán discusiones para una nueva ronda de negociaciones de preferencias arancelarias entre los 42 países del SGPC, para responder a los desafíos de la policrisis.
Estas discusiones se focalizaran en preferencias arancelarias en los sectores de salud, producción de alimentos, y transición energética. Por ejemplo una nueva ronda de negociación en el marco del SGPC para productos de energías renovables permitirá una amplia descarbonización sectorial en los países en desarrollo.
La eliminación de los aranceles sobre estos bienes entre los participantes del SGPC permitirá una transición más rápida hacia las energías renovables, lo cual nos ayudaría a cumplir con la Contribución Nacional Determinada (CND) del Acuerdo de París. Y ayudará a promover la generación local de energía con cero emisiones a partir de fuentes de energía renovables como la eólica, solar y geotérmica. También se discutirán preferencias para promover el comercio entre los países del SGPC en el sector de producción de alimentos, para contribuir con la seguridad alimentaria global. Las economías emergentes serán los principales mercados de importaciones de alimentos y de tecnologías para la producción de alimentos, gracias al dinamismo en el crecimiento de su población y de sus economías.
En 2050, la mitad del crecimiento poblacional se registrará en 9 países, de los cuales 5 son parte del SGPC -India, Indonesia, Nigeria, Pakistán y Tanzania- Los productos agrícolas reciben en general mayor protección arancelaria que los bienes industriales. El promedio de las tarifas NFM en estos productos es muy alto en los países del SGPC (14.5%). Tanto para países exportadores e importadores de alimentos en el llamado Sur Global, la reducción de barreras arancelarias y la cooperación para abordar las barreras no arancelarias permitirá mayores niveles de seguridad alimentaria, mejorando la diversificación en las exportaciones e importaciones. Adicionalmente existe una gran complementariedad en el comercio agrícola entre los países del SGPC, al ser productos diversos asociados a zonas climáticas específicas.
La Argentina tendrá una gran oportunidad para aumentar sus exportaciones de bienes y servicios que conforman el paquete tecnológico agropecuario sustentable de excelencia que distingue a nuestro país. Este paquete de biotecnología –un círculo virtuoso de producción sustentable de alimentos- fue presentado por primera vez en el Foro Público de la OMC con la presencia del INTA, INVAP, CONICET y el sector privado representado por AAPRESID. El potencial para exportar el paquete tecnológico agropecuario argentino con alto valor agregado es enorme.
Pero para ello se necesita un pensamiento estratégico, donde los socios comerciales no se eligen por ideología sino por el interés nacional, como lo hacen las naciones más desarrolladas. Aumentar el comercio argentino con el Sur Global permitirá proyectar nuestras exportaciones con valor agregado en bienes y servicios que el mundo necesita y que la Argentina produce. Y herramientas como el SGPC sirven para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible -retrasados por la policrisis- promoviendo a través del comercio cambios estructurales en los países en desarrollo, facilitando un proceso equilibrado y equitativo de desarrollo económico mundial.
Fuente: Ambito