La Argentina, junto a otros 23 países miembros de la Alianza por el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP), reclamó a Estados Unidos por el reestablecimiento del Sistema Generalizado de Preferencias para su exportaciones. Ente los principales productos argentinos exportados bajo SGP hasta el 2020 se cuentan maíz, carbonatos de litio, vino de mesa, azúcar de caña, láminas de gelatina, a as productos de cuero bovino, dulces/caramelos, cloruros, queso, aceite de oliva, frutillas, manzanas y maní.
El embajador argentino en Estados Unidos, Jorge Arguello, fue el anfitrión de la reunión de la que participaron diplomáticos en representación de Argelia, Argentina, Bolivia, Brazil, Camboya, Ecuador, Fiji, Filipinas, Georgia, Indonesia, Kirguistán, Libano, Macedonia, Moldavia, Mongolia, Myanmar, Nepal, Pakistan, Paraguay, Serbia, Sri Lanka, Tailandia, Túnez, Ucrania y Yemen. También estuvo el embajador de Tailandia, Tanee Sangrat, quien preside la denominada “Alianza por el SGP”.
Por el sector privado y en representación de los importadores afectados por la discontinuidad del programa, estuvo el director ejecutivo de la Coalición por el SGP, Dan Anthony, quien habló en nombre de 350 empresas estadounidenses.
El experto en comercio internacional Marcelo Elizondo, explicó a LA NACION que el SGP es un sistema que tienen varias naciones, entre ellas Estados Unidos, por el que deciden “unilateralmente” beneficiar a países reduciéndole el arancel de ingreso, sin compensación explícita, para algunos rubros. Por ejemplo, la aplican para países pobres, para facilitar el ingreso al mercado estadounidense o para “premiar” a los que tienen una oferta que valoran, por ejemplo, en términos ambientales o que respetan mejor los derechos sociales.
Según comentaron las fuentes diplomáticas, se trata del sistema de preferencias comerciales más importante y antiguo que tiene Estados Unidos con los países en vías de desarrollo y de bajos ingresos. “El encuentro fue muy relevante y manda un mensaje firme para pedir que se restituya del SGP, porque muchas exportaciones de la Argentina y otros países que participaron de la reunión, que se hacían bajo el sistema, beneficiaban a economías regionales, pymes y empresas cuyo volumen hace que necesiten de este estímulo para poder seguir vendiendo en el mercado estadounidense”, explicaron.
Además, las mismas fuentes contaron que se firmó una nota dirigida al presidente de la Comisión de Finanzas del Senado y al presidente de la Comisión de Medios y Arbritrios de la Cámara Baja, para hacer el planteo por escrito y pedirle una reunión en persona para profundizar más en el tema.
En el final de la gestión de Donald Trump se venció la ley aprobada por el Congreso que establecía el SGP; está en análisis nuevamente. Elizondo aclara que el sistema se reestablecerá pero, además, la Argentina “debe ser elegida como beneficiada porque esa es una decisión” de Estados Unidos. La Argentina supo estar ya en el SGP y quedó excluida.
El vino argentino es uno de los productos que menciona el especialista a modo de ejemplo de los que lleva tiempo buscando entrar al mercado estadounidense sin aranceles. Los aranceles, en general, no son altos pero Elizondo subraya que “siempre viene bien quedar en el SGP” por lo que “estaría bien ingresar”.
“Si bien es una decisión libre y autónoma del gobierno, los países hacen lobby para estar -agrega-. Es importante sobre todo para las Pymes; supo haber unos US$300 millones de exportaciones argentinas beneficiadas por el SGP”.
Argüello destacó los países interesados trabajen “juntos” y hagan “escuchar nuestro punto de vista, en nombre de nuestros sectores exportadores, nuestras economías regionales, nuestras Pymes: el SPG es, en su esencia, un programa de desarrollo que beneficia a un sinnúmero de emprendedores que han crecido y prosperado con esfuerzo”.
Agregó que le piden a los legisladores de los Estados Unidos que le asignen la mayor prioridad posible al proceso de restablecimiento del SGP, ya que detrás de las cifras de exportaciones y de los aranceles, hay familias que trabajan y que hoy no pueden comercializar su producción por la pérdida de competitividad que significa la no restitución del régimen a la hora de acceder al mercado vis á vis otros competidores”.
Fuente: La Nación