La Argentina, a examen: el mundo pone la lupa sobre el cepo a las importaciones.

La Argentina, a examen: el mundo pone la lupa sobre el cepo a las importaciones.

La OMC somete a revisión la política comercial. Un informe técnico advierte «frecuentes ajustes introducidos a leyes y reglamentos» y la falta de predecibilidad.

Luego de ocho años, las miradas de la comunidad internacional vuelven a posarse sobre la política comercial argentina, sometida a análisis en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Con un extenso informe de casi 300 páginas al que tuvo acceso El Cronista, el principal organismo regulador de los flujos internacionales de bienes y servicios hizo un pormenorizado reporte de la política regulatoria argentina, sobre la que resaltó «la debilidad del crecimiento económico», el «importante número de impuestos» que pesan sobre los operadores económicos, y la fluctuante política de los últimos tres gobiernos.

Aunque se trata de un informe técnico, el caracter aperturista de la organización permite interpretar los puntos donde se detiene como observaciones y juicios de valor sobre la política comercial. En ese sentido, la OMC subrayó que «la Argentina utiliza activamente medidas de política comercial como instrumento para alcanzar objetivos que, en ocasiones, van más allá de lo comercial» para propiciar «mayor recaudación fiscal, contención de la inflación o mantenimiento del equilibrio de la balanza de pagos».

El organismo advierte los «frecuentes ajustes introducidos a leyes y reglamentos» que «agregan complejidad al régimen, tornándolo menos predecible».

El escrutinio de la regulación se detuvo en un tema que produce constantes quejas de los operadores comerciales: las licencias de importación. Observando que toda mercancía importada para consumo final «está sujeta a un requisito de licencia de importación», ya sea automática o no automática, la OMC advirtió que «las listas de los productos sujetos a las distintas licencias se actualizan sin una periodicidad predeterminada», y advirtió que «en 2020, el 14,3% del universo arancelario estaba sujeto a licencias no automáticas, lo que constituye un aumento sustancial si se compara con 2012, cuando solo el 6% estaba sujeto a licencias no automáticas».

El análisis también se detiene en las políticas de regulación de precios y de comercialización. Pone el foco en las herramientas que permiten al Estado «establecer márgenes de utilidad, precios de referencia y niveles máximos y mínimos de precios; dictar normas que rijan la comercialización, intermediación, distribución y producción, y fijar niveles o cuotas mínimas de producción, industrialización, comercialización, transporte, distribución o prestación de servicios». El programa Precios Cuidados también es sometido a análisis.

Por el lado de la producción agregada, la OMC miró con atención los » programas de ayuda interna para el sector agropecuario y agroindustrial». Ocurre que es un punto donde varios países ponen el foco para justificar eventuales trabas al comercio, como sucedió, por ejemplo, con el cese de las exportaciones de biodiesel a Estados Unidos, acusadas de subvención y presunto dumping.

En una ronda de preguntas prevista para este miércoles, el resto de los países miembro de la OMC podrá preguntar y pedir más explicaciones sobre la regulación nacional. Algo similar ocurrió, meses atrás, cuando Estados Unidos cuestionó el «cepo a las importaciones».

Como Estado miembro de la OMC, la Argentina está obligada a proveer información de su política macroeconómica y, particularmente, de las trabas a las importaciones e incentivos -o acaso subvenciones- a las exportaciones. Tras el último análisis, de 2013, los ojos volvieron a posarse sobre la política nacional.

Fuente: El Cronista