Importaciones récord ponen al BCRA contra las cuerdas: faltan dólares para la actividad y preocupan las reservas.
El nivel de importaciones de este mes de Abril, cerró con un récord para la última década. El dato preliminar que manejan en despachos oficiales da cuenta de compras en el exterior por alrededor de 7.000 millones de dólares. Nada menos que un 50% por encima de las importaciones de abril del año pasado. Se trata de una información relevante en el actual escenario económico, con empresas líderes de distintos sectores reclamando a viva voz al Banco Central (BCRA) para que habilite divisas para pagar sus compras en el extranjero. También da cuenta de la enorme preocupación -tanto oficial como en el sector privado- por el gran problema que tiene el BCRA para acumular reservas.
Durante el primer trimestre del año, la autoridad monetaria no pudo comprar ningún dólar -al contrario, fue vendedor neto de u$s48 millones- a pesar de las liquidaciones récord de las cerealeras. Las exportadoras dejaron en la ventanilla del Central nada menos que u$s7.926 millones. Unos u$s1.200 millones adicionales respecto del primer trimestre del año pasado.
En abril, la situación mejoró en el margen. Con liquidaciones en torno a los u$s4.000 millones, el BCRA lleva comprados tan sólo u$s160 millones. De hecho, ayer miércoles, el Central se vio obligado a vender u$s60 millones. Cortó así una racha positiva de cuatro jornadas consecutivas de compras en el mercado.
Esta dinámica debería cambiar rotundamente en las próximas semanas. Por un lado, existe un compromiso firmado con el Fondo Monetario de acumulación de reservas. Por el otro, la necesidad de dar una señal contundente al mercado de que el Banco Central puede quedarse con los dólares del superávit comercial, y no como sucede hasta ahora.
Argumentos para el fuerte incremento de las importaciones
El salto de las importaciones se vincula con lo siguiente:
Una mejora de la actividad económica en relación al año pasado. Los últimos datos del INDEC dan cuenta de un crecimiento del 9% interanual (en febrero). Se sabe: por cada punto que se expande la economía, las importaciones lo hacen en por lo menos tres puntos.
La inflación internacional, que ya venía complicada por la pandemia -básicamente, por la suba de los costos en logística-, y que ahora empeoró por la guerra en Ucrania. Conclusión: para traer la misma cantidad de mercadería, las empresas necesitan más dólares.
El aprovechamiento de las empresas con acceso al mercado cambiario oficial: esos importadores compran «todo lo que pueden» al precio de $115 (mayorista), que se compara favorablemente con los $211 que vale el «Contado con Liqui». Una brecha del 83%. Nada menos.
Las empresas se quejan por falta de dólares
¿Cómo es posible que las empresas se quejen si las importaciones están «volando»? ¿Por qué faltan divisas para traer insumos y mercadería terminada, si las compras en el extranjero crecen 50% respecto de un año atrás y llegan a un nivel récord?
En las últimas semanas hubo una avalancha de compañías líderes reclamando al BCRA que habilite divisas. Las últimas fueron empresas del sector automotor, pero hace poco habían sido los laboratorios, las importadoras de café y también las proveedoras de cacao, productos que no se fabrican en la Argentina.
Obviamente, desde el BCRA y también desde el Palacio de Hacienda monitorean este escenario.
Un funcionario clave del gabinete económico plantea, en diálogo con iProfesional, que hay empresas que están sobrestockeando mercadería, a pesar de las regulaciones oficiales, porque suponen que en algún momento sobrevendrá una devaluación en el mercado oficial.
Atento a esta complejidad y al renovado ensanchamiento de la brecha cambiaria, el Banco Central cerró el grifo e hizo más difícil el acceso a los billetes verdes.
La escasez de divisas podría asfixiar la actividad
Para las empresas, la principal restricción tiene que ver con que les permite importar por la misma cantidad que el año pasado, con una flexibilidad al alza, dado el crecimiento de la actividad económica. El problema que enfrentan las compañías es que los precios de las materias primas, insumos y productos terminados se dispararon en los últimos meses, y precisan más cantidad de dólares para traer lo mismo desde el extranjero.
La Comunicación «A» 7466 del BCRA, de principios de marzo último, impuso topes en la cantidad de dólares que las empresas podían pedir, y se dispuso que el monto que se le asignaría a cada importador a lo largo de este año sería el equivalente al menor de estos dos montos:
El valor FOB de sus importaciones del año 2021 más el 5% de ese valor.
El valor FOB de sus importaciones del año 2020 más un 70% de dicho valor.
Los últimos que se sumaron a la lista de críticos fueron las automotrices y las empresas de autopartes. Un sector clave para la actividad industrial.
Las empresas le mandaron una carta a Miguel Angel Pesce, presidente del Banco Central: «(Queremos) transmitirle nuestra preocupación por la demora en dar respuesta a nuestro planteo con relación al impacto de la comunicación de la referencia en el abastecimiento necesario para la fabricación de la cadena de la industria automotriz».
La nota advirtió: «Como lo anticipamos tanto en las reuniones mantenidas como en las dos notas presentadas con fecha 14 de Marzo y 7 de Abril, confirmamos que varias empresas autopartista nos han informado que a partir de los primeros días del mes de mayo no podrán continuar abasteciendo a las empresas terminales al no haber sido aceptado por parte de sus proveedores del exterior los cambios en las condiciones comerciales que tenían previamente a la comunicación A 7466».
Sin dólares: el caso del café y las farmacéuticas
Con el café no hay vueltas: la Argentina importa el 100% de lo que se consume. Son alrededor de 45 millones de toneladas anuales. A razón de un kilo por habitante por año. Mucho menos que los finlandeses, que consumen seis veces más, y se convirtieron en los más tomadores de café.
Ocho de cada diez kilos de café llegan desde Brasil. El resto se reparte entre Colombia, mayormente, y desde Costa Rica y hasta de Perú.
Al Banco Central le da lo mismo de dónde provengan los granos. La cuestión principal es que no dispone de las suficientes divisas para atender el pedido de las compañías cafeteras.
El punto clave es lo sucedido con el precio del café en los mercados internacionales. Como sucedió con otras materias primas, el valor explotó durante los últimos meses. De un año a hoy, el precio se duplicó en dólares en el mercado internacional.
Y como en 2021 hubo una merma en las ventas internas -por las restricciones típicas de la pandemia-, ahora necesitan importar más café. Que encima vale el doble en dólares.
La industria farmacéutica se queja, a su vez, de que no puede importar algunos insumos clave para sus productos, como son los blisters en los que se embalan los medicamentos. Los laboratorios ya advirtieron que podría haber faltantes en las próximas semanas.
Fuente: IProfesional
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