Furci: “Es imposible exportar si no importamos más”.

Furci: “Es imposible exportar si no importamos más”.
“Es imposible exportar si no importamos más. Es una relación directa. Podemos sustituir importaciones, pero hasta cierto punto. Y si bien lo ideal es tener una balanza comercial superavitaria, mejor aún es que ambos valores (exportaciones e importaciones) sean más altos, porque así se genera más producción, y eso impacta en el empleo. Las importaciones son para producir, son necesarias para poder crecer”, señaló Fernando Furci, gerente de la Cámara de Importadores de la República Argentina.
La narrativa de las importaciones en la Argentina obliga siempre a argumentos defensivos. Tal es el rol ideologizado que se le asigna a “una parte” de un proceso productivo de empresas argentinas. Parece mentira, pero todavía hoy hay que explicar que 8 de cada 10 dólares que se van en concepto de importaciones vuelven con insumos para mejorar la productividad, la tecnología y la innovación de la industria nacional.
Las trabas se distribuyen en las oficinas de Producción y en el Banco Central. La gestión representa una “carga administrativa que es cada vez mayor”.
“Conseguir las divisas del Banco Central para pagarle a un proveedor es muy difícil. Hay dificultades para el otorgamiento de las SIMI (licencias de importación), hay problemas gremiales en el puerto y obstáculos para nacionalizar las mercaderías, intervenciones de terceros organismos…”, enumeró Patricia Viana, directora de Bessia e integrante de la comisión directiva de la Cámara de Importadores.
Pero todo esto refiere a la realidad “clásica” del comercio exterior, sin “desestacionalizar” los datos por los efectos de la pandemia. Es decir que no contempla los estragos que impuso la irrupción del coronavirus en todo el mundo.
Impacto de los fletes
Fletes marítimos en récords históricos, faltantes de contenedores y de espacio en la bodega de los buques, servicios marítimos suspendidos, puertos cerrados o congestionados y tiempos de tránsito que se extendieron por demás son los síntomas que empezaron con la pandemia, pero que todavía se mantienen. Y, para peor, nadie estima una normalización de estas variables en el corto plazo.
“Los fletes marítimos aumentaron (en un año) más de un 600 por ciento”, graficó Carlos Restaino, director de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, no sin advertir cierta “especulación” de la industria marítima “que está manejada por 3 alianzas en todo el mundo”.
La industria marítima, en su conjunto, reportará este año ingresos récord por US$ 150.000 millones. Un mix perfecto de aumento de la demanda en los mercados centrales por las políticas expansivas impulsadas para mitigar la pandemia y una oferta de servicios de transporte restringida.
Viana indicó que traer un contenedor del Lejano Oriente llegó a costar “entre 10.000 y 11.000 dólares, más todos los gastos asociados. No vemos una mejora en el corto plazo”, agregó.
Incertidumbre
“No saber es lo que hoy más desvela a los empresarios argentinos, pese a que están capacitados y entrenados para planificar su tarea en un mínimo de tiempo. Pero en este país planificar la tarea en un mes ya es muy complicado. ¿Por qué? Porque para importar se necesita un mínimo de dos o tres trámites, y acá uno nunca sabe en qué estados están cada uno de ellos y no se puede prever lo que pasará. Son procedimientos que en otros países no existen y que acá dependen del funcionario de turno”, apuntó.
“La Argentina tiene que terminar con las discusiones binarias”, planteó Viana, tras concluir: “Debemos enfocarnos en cómo hacer para que el país sea más productivo y las empresas quieran invertir acá”.
Fuente: Trade News