El Grupo Euroamérica, los operadores de logística y terminales portuarias que hace un mes comenzaron a operar un servicio regular de contenedores, marcó un nuevo hito en una de sus actividades fundacionales , la estiba de frutas, con un embarque récord en el buque de carga refrigerada más grande del mundo, el Cool Eagle, botado este mismo año, y que completó en los muelles de Campana su tercer viaje.
Fueron 12.300 pallets en total de limones, naranjas, mandarinas y carne en tránsito de origen paraguayo y nueces con destino Holanda y Rusia los que conformaron este embarque récord para este tipo de envíos. La marca anterior también se registró en Euroamérica, en 2018, con los mismos armadores (Blatic Reefers).
La recalada del buque frigorífico fue recibida por el subsecretario de Puertos, Vías Navegables y Marina Mercante, Leonardo Cabrera, junto con autoridades de Campana, el presidente del Centro de Navegación, Julio.
“En mercados de consumo volátiles -agregaron- la rapidez en la llegada es una ventaja tanto comercial como financiera para el exportador, y por eso trata de aprovechar estos servicios al máximo”, indicaron, tras añadir: “Si bien la competencia con los servicios portacontenedores a los mismos destinos es histórica, ambos modos de transporte son muy necesarios y conviven muy bien en este y todos los tráficos del mundo”.
Este tipo de buques aportan una mayor flexibilidad no sólo por su capacidad de carga, sino porque pueden ayudar a desarrollar otros puertos de descarga en Europa, diversificando así mercados para los exportadores argentinos con nuevas alternativas de comercialización.
Desafíos, flexibilidad y récord
“Este año, la temporada comenzó con muchos desafíos e incertidumbre”, comentó María Laura Filippello, CEO de Grupo Euroamérica, en relación con la combinación de los nuevos protocolos sanitarios y una situación internacional que “no auguraba grandes volúmenes”.
“Veníamos haciendo barcos conservadores, cargados con un promedio de 6000 pallets, y con una frecuencia espaciada”, indicó la directiva.
En un mes, todo cambió. “En tres días tuvimos que adecuar la logística, los barcos y la terminal para un aluvión de fruta que estaba siendo demandada en Europa”, explicó, tras destacar la “flexibilidad y rapidez” que demandó todo el proceso por partes de todos los actores: exportadores, Senasa, el armador y la terminal.
“En este contexto, la llegada del Cool Eagle es ideal porque nos permitió aumentar notablemente la capacidad de embarque a más de 12.000 pallets en un sólo envío”, subrayó. Sólo en bodega, este buque puede movilizar 7000 pallets; el resto, se consolidó en 250 contenedores. “En menos de una semana se recibió y consolidó la fruta. Para nosotros es un honor poder recibir y operar un barco de tales características y compartir experiencias motivadoras en un momento tan particular tanto en nuestro país como en el mundo”, destacó Filippello.
El Grupo tiene una ambición planificada: este año, por primera vez, salió un barco con limones a Estados Unidos. “Mirando a futuro, es el próximo destino al que apuntamos”, destacó Filippello, en alusión a la diversificación de mercados y a las oportunidades que ofrece la logística de buques frigoríficos en Euroamérica.