Llama la atención que se continúe hablando de planes para un sistema portuario, sin recordar que el rol de los puertos es el de nodos de transbordo entre diferentes modos de transporte con servicios de valor agregado a las cargas.
Algunos comentarios sobre la necesidad de elaborar “planes para el sistema portuario y logístico” que recientemente se han publicado en este medio, nos recuerdan cuando de niños jugábamos el “Juego de los siete errores” que publicaba un tradicional periódico del país. Al principio, mirábamos detalles para encontrar los errores, luego ya más adultos, aprendimos a detectarlos más rápido porque habíamos adiestrado nuestra visión, con mayor amplitud visual.
Ahora la experiencia también nos permite visualizar, analizar y definir acciones con un criterio de funcionalidad multisectorial, con diversos objetivos e intereses, alineado con las practicas modernas de la logística, entendida esta como el grupo de actividades que dan soporte a las cargas en las cadenas productivas.
Es por eso que nos llama la atención que se continúe hablando de planes para un “sistema portuario”, sin recordar que el rol de los puertos es el de “nodos de transbordo entre diferentes modos de transporte con servicios de valor agregado a las cargas”. Estas últimas son las verdaderas generadoras de todas las actividades logísticas, no solo las de los puertos. Por lo tanto, deben ser incluidas estas infraestructuras en un plan de desarrollo agroindustrial donde uno de sus capítulos debería tratar como almacenar y mover las cargas que se estima generaran sus productores. Y dado el perfil socioeconómico del país, posiblemente habrá que delinear planes regionales que incluyan a varias de las provincias con similares demandas logísticas, y con alta proporción de empresas pymes con mucho potencial exportador, basadas en excelentes producciones primarias.
Con ese mismo criterio, no haríamos un plan para la red ferroviaria sin incluir los pasajeros, sus perfiles de demanda, los centros urbanos pasantes, los transportes alternativos, etc. Luego si, veríamos donde y con qué diseño definir las estaciones o terminales, que son otra forma de nodo de transbordo intermodal.
Dados los conocidos ciclos económicos que hemos vivido en el país, y aun sin conocer los escenarios post pandemia que seguro nos llevaran a un ciclo más profundo y extenso que los anteriores, no debemos incurrir otra vez en varios errores cometidos a la hora de definir políticas públicas con impacto en los sectores logísticos.
Es momento entonces de elaborar planes conjugando desarrollo industrial con infraestructuras logísticas y transportes. “Dime que servicios necesitas, que vas a almacenar y mover, y definiremos la logística más adecuada”, suelen decir los logísticos experimentados. Y muy importante, incluir los diversos actores del comercio exterior para desburocratizar los procesos de gestión y control que son de vital importancia para agilizar las cargas en los principales puertos y evitar el uso de otras instalaciones en países vecinos.
Con la capacidad portuaria instalada y las expectativas de volumen contenedorizado exportable vía los puertos desde Zarate hasta La Plata, el desafío inmediato no es planificar infraestructura portuaria. Sería mejor redefinir antes nuestra estrategia agroindustrial para potenciar el comercio exterior. Especialmente la producción con valor agregado, para generar trabajo a muchas empresas y sumar ingreso de divisas a un sector que es uno de los más importantes en el mundo. Valdría entonces recordar hoy a James Carville, asesor del demócrata Bill Clinton allá por 1992… “¡es la economía, estúpido!”
JORGE TESLER – ALEJANDRO WOLF – Foro Logístico Buenos Aires
Fuente: El Cronista