Dólar e importaciones: cuáles son los rubros más afectados por la falta de precios y el freno a las ventas.

La inestabilidad cambiaria y la estricta regulación del flujo de divisas para importaciones destinada a cuidar las reservas del Banco Central (BCRA) afectan a cada vez más ramas del comercio. Al salto de los dólares alternativos, que alimentan expectativas de devaluación, se le sumaron las últimas ruedas la nueva normativa que limita a USD 50.000 diarios los giros de divisas para el pago de compras al exterior que limita la capacidad de los comerciantes de conocer cuál va a ser el precio de reposición de su stock, lo que hace que frenen las ventas o las mantengan racionadas con cuentagotas. Un “desensillar hasta que aclare” que afecta a la actividad y que se retroalimenta con industrias y consumidores que buscan adelantar compras para cubrirse frente a potenciales subas futuras de precio.
Como alrededor del 75% de las importaciones que llegan al país son insumos y bienes intermedios que luego se utilizan en distintos procesos productivos, prácticamente no hay sector que no esté afectado por el problema. Y las restricciones que todavía existen para la producción de las empresas locales, ya sea por normas gubernamentales o por los cuidados que toman las propias empresas frente a la pandemia de covid-19, hacen que incluso la producción local se vea golpeada.
Con todo, en el sector privado señalan a algunos rubros como más impactados que otros, en particular aquellos que trabajan con bienes dolarizados -como los autos, motos y partes- o que se quedaron sin stock luego del parate que generó la pandemia.
Celulares
Luego del pico de demanda que supuso el Día de la Madre -una fecha que cada año marca el inicio de la temporada alta de consumo de electrónicos y vestimenta-, en las tiendas especializadas y dedicadas a electrodomésticos dicen que la cantidad y variedad de modelos se ve restringida por la dificultad de importar y los problemas que tiene la industria local para producir.
“Los faltantes que se verifican hasta ahora en el comercio de celulares que provengan de Tierra del Fuego se debe a los nuevos cierres que hubo en la industria en las últimas semanas (21 días en Río Grande y 10 en Ushuaia). Por el momento no experimentamos restricciones a la importación de insumos, pero no lo descartamos para las próximas semanas”, dijo una fuente de la industria local.
Según cuentan en una cadena de electrodomésticos, la búsqueda de un modelo específico de celular se volvió difícil para los consumidores. Pueden tener que esperar varias semanas para disponer del modelo exacto que buscan, cuando no se da el caso de que directamente los comercios informan que no van a tenerlo.
A los problemas de producción local se suma, ahora, la incertidumbre que trajo la comunicación A 7138 del Banco Central, publicada la semana pasada, y que modificó al régimen informativo de “Anticipo de operaciones cambiarias” para llevar el monto de las operaciones que deben ser reportadas de USD 500.000 a USD 50.000. Pagos por debajo de ese umbral diario que no caigan en sectores protegidos con licencias no automáticas se cursan sin problemas, pero cuando los volúmenes son mayores la capacidad de las empresas para reponer stock se ve seriamente afectada.
Electrodomésticos y artefactos para el hogar
Aunque el foco está en celulares, la menor actividad de la industria fueguina también genera faltantes en electrodomésticos de línea blanca y otros equipamientos para el hogar. De la misma manera, la cuarentena fueguina tiene su rol en los faltantes, pero no es el único problema. De hecho, en la provincia patagónica señalan que todavía no han tenido problemas con el acceso al mercado cambiario para la importación de insumos y partes.
Pero en otros puntos del mapa la combinación de licencias no automáticas y de normas para racionar cada dólar de las reservas del Banco Central frena embarques y deja sin productos a algunos sectores puntuales. Por ejemplo, en estos últimos días ante la falta de producción nacional comercios locales se encontraron con trabas para traer termotanques de China que buscaron como alternativa.
Autos
Uno de los sectores que más depende de la importación es el de venta de automotores. Ante la última disparada de los dólares paralelos y la mayor dificultad para acceder al mercado cambiario las concesionarias optan por regular las ventas por miedo a cambiar su stock por pesos que después no podrán destinar a reposición.
“Un relevamiento hecho por nuestra institución a nivel país, muestra que pese al aumento en las ventas se está produciendo un amesetamiento en el mercado. No hay tantas consultas, tanto en los locales como vía online. Ese furor por la compra ha bajado sobre todo en el interior que era el que estaba traccionando. En contraposición el AMBA está volviendo, de a poco, a retomar el ritmo. Todo esto con la problemática que se agudiza a medida que pasan los meses por la falta de stocks en las agencias. Los mismos están en el límite y no hay reposición”, explicó Alberto Príncipe, presidente de la Cámara de Comercio Automotor en su informe sobre ventas de septiembre.
“La rentabilidad es otro factor que preocupa: cuando se vende un auto no sabemos a qué precio lo vamos a reponer. El mercado está muy incierto pese al movimiento que se está teniendo”, agregó el representante empresario, que aseguró que la falta de referencia de precios afectó incluso a las ventas de usados.
Autopartes y motopartes
De la misma manera en que los comerciantes temen por su capacidad de reponer las unidades que venden, el sector de autopartes en el que la importación es esencial, vive un ritmo igual de cauteloso a la hora de hacer ventas. Uno de los rubros más afectados es el de neumáticos, de los que existe producción nacional pero que no alcanza para cubrir todo el mercado interno.
“Trabajamos con venta limitada, mis proveedores nacionales me piden la plata, no me respetan precios, me venden al precio del día, no al precio del día del pedido. En cuanto a las compras del exterior, menos de USD 50.000 no hay problema para empresas chicas como la mía. La medida es mucho más complicada para quien maneja cifras grandes. Una transferencia de USD 500.000 tarda diez días y eso frena todo”, dijo un importador.
“Todo eso hace que uno limite la venta, se acabaron los plazos, una situación atípica. Por ahora se sigue vendiendo, lo que pasa es que vos me pedís 10 cubiertas y te doy 2”, agregó el mismo empresario.
Insumos para el agro
La enorme brecha cambiaria afecta también a la producción agropecuaria, no solamente al momento de comercializar la producción sino también para la compra de los insumos que son necesarios para desarrollar la actividad.
Mediante un texto publicado en su cuenta de Twitter, el productor agropecuario del distrito bonaerense de Trenque Lauquen Ignacio Kovarsky comentó: “Se complica conseguir alambre, neumáticos, repuestos para el agro… en construcción cemento, hierro, aluminio, vidrio. No hay precio, no bajan. ¿Esperan devaluación? Se frenan rubros que hasta ahora son las que mas rápido mostraban una salida”.
El productor lo que advierte es que en el interior hay problemas para el acceso a los insumos, donde en algunos casos no hay, sin precisiones por parte de los distribuidores sobre el momento en que tendrán la mercadería, y en otros se comercializan a precios que registran un importante incremento. Por otro lado, hay empresas que están alertando que aumentó su entrega al mercado interno, en momentos donde por los efectos de la pandemia hay serias complicaciones para llevar adelante los diferentes procesos de producción.
Hay que recordar que un informe elaborado por dos economistas de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Julio Calzada y Federico Di Yenno, determinó que el año pasado la agroindustria nacional invirtió USD 9.160 millones en construcción, equipos de transporte y maquinarias. No se contabilizó en el trabajo las erogaciones que realizaron los productores agropecuarios para implantar los 6 cultivos principales (soja, maíz, trigo, girasol, cebada y sorgo) y el resto de los cultivos y productos.
Materiales de construcción
La llegada del dólar libre a los $170 también le puso un freno a las ventas de materiales para la construcción. Dolarizado, el mercado inmobiliario suele volverse atractivo cuando la brecha cambiaria se amplía. El que tiene dólares en el colchón puede hacer buenas diferencias al comprar desde pozo al único sector que tiene costos en pesos pero se vende en divisas. Así, la brecha dispara la demanda y la actividad pero una inestabilidad importante también quita referencias de precios. Y agota los insumos disponibles.
En las últimas semanas, corralones e industrias admitieron problemas para la provisión de acero para construcción, ladrillos y otros insumos esenciales para la construcción.
“La expectativa de devaluación y la especulación con una suba de precios, los problemas de producción por la pandemia y los inconvenientes con el transporte son los principales factores que explican los problemas de abastecimiento”, manifestó a Infobae el presidente de la Cámara de la Construcción, Iván Szczech.
Fuente: Ifobae