China provoca un cuello de botella logístico en la distribución de las mercancías.
En las últimas semana se ha ido complicando la situación logística en Asia debido al cierre del tercer puerto más activo del mundo, Ningbo-Zhoushan situado en China, a causa de un positivo por coronavirus que ha paralizado las transacciones, provocando que millones de productos sufran demoras en su distribución.
Esto ha provocado un cuello de botella logístico en la distribución de las mercancías, cuyo impacto puede generar en aquello que demande el mundo para la Navidad no llegue en la fecha indicada debido a la gran cantidad de pedidos demorados. No solo la falta de mecanismos es el problema, también el coste ha aumentado desmesuradamente tras la propagación de la COVID.
En este momento y bajo este marco las empresas buscan soluciones para poder hacer frente a esta crisis del transporte. Hasbro, fabricante Monopoly y My Little Pony, afirmó que aumentará el número de transportistas en otros puertos marítimos. También, otras marcas recurren a otros mecanismos, buscando usar como medio el tren o el avión para satisfacer a los consumidores a través de sus bienes de la manera más rápida.
Incluso, el cambio de lugar de producción con el objetivo de acortar tiempos en las entregas. Sin embargo, este recurso produce un efecto dominó en los precios de los productos, ya que los bienes se encarecerán notablemente en estas fechas.
Rolf Habben Jansen, CEO de Hapag-Lloyd, afirmó en una entrevista a CNBC que la situación va a tardar años en volver a la situación de antes. “No existen suficientes buques ni contenedores disponibles para transportar todos los bienes, y por supuesto las tarifas suben. La normalización se producirá en 2022, aunque podría extenderse hasta 2023”.
Fuente: Notitrans