Alternativa productiva: el curioso cultivo que se exporta a Holanda y a EE.UU. y se cosecha en uno de los mejores lugares de Argentina.

Alternativa productiva: el curioso cultivo que se exporta a Holanda y a EE.UU. y se cosecha en uno de los mejores lugares de Argentina.

El INTA junto con la empresa Flores Patagonia S.A.S. cultiva esta especie floral en la provincia de Chubut; sus rizomas se comercializan en el mercado interno.

La producción de peonías ornamentales para exportación se puede convertir en una alternativa productiva muy interesante y más si se produce en uno de los mejores lugares para visitar en la Argentina: Trevelin, un pueblo que está al pie de la Cordillera de los Andes en la provincia de Chubut.

Producción de peonía en Trevelin

Se trata de una especie floral originaria del sur de Europa, China y Medio Oriente que florece en primavera, producen grandes flores muy atractivas y de gran duración en florero y que se exporta en forma de flor cortada a Holanda y a los Estados Unidos y sus rizomas se comercializan en el mercado interno.

Debido a que la peonía es un cultivo que se puede utilizar tanto para producir flores como plantas para jardinería, lo cual amplía las posibilidades comerciales, el INTA se asoció con la empresa Flores Patagonia S.A.S. para desarrollar el cultivo de peonía en su campo experimental.

“En el campo experimental del INTA, ubicado en la ciudad de Trevelín, contamos con tres hectáreas de peonías que producen más de 300 mil varas”, detalló el técnico del INTA Esquel, Guillermo Lexow.

La peonía es un cultivo que se puede utilizar tanto para producir flores como plantas para jardinería, lo cual amplía las posibilidades comerciales; mientras que sus bulbos son demandados por viveros del país, desde Ushuaia hasta el norte argentino.

“Las peonias son una alternativa productiva en la zona cordillerana de Chubut, debido a que brinda empleo en plena producción a 15 personas por hectárea por temporada de cosecha”, destacó Lexow, que además señaló que la producción patagónica cubre el período noviembre y diciembre, en contraestación al ciclo de producción de Holanda.

En cuanto a la cosecha de las flores, Lexow remarcó que es una etapa enteramente manual. “El cosechero debe observar una por una. Una vez cosechadas, van a una mesa, se clasifican y su acondicionamiento poscosecha se hace en cámara entre 0 °C y 2 ºC, requiere mucha mano de obra dedicada”, describió.

“Una de las labores más grandes son el despimpollado, se sacan todos los brotes laterales de cada vara de la flor y se deja solo un pimpollo por vara”, detalló el técnico. Luego de la cosecha, el cultivo es regado y fertilizado durante todo el verano y una vez que comienza el otoño sus hojas se marchitan, se cortan y el rizoma continúa el invierno debajo de la tierra, con un nuevo enraizamiento.

Si bien se trata de un cultivo que requiere pocos cuidados, es importante tener en cuenta cuestiones vinculadas con la fertilización, el riego, el despimpolle, la sanidad y el control de malezas. En este proyecto, el INTA brinda el asesoramiento técnico; el equipo de especialistas es el encargado de ensayar el cultivo, su manejo, logística y demás factores que inciden en su evolución.

Fuente: Infocampo