Crecimiento exponencial de las tarifas de los fletes marítimos.
Por diferentes razones, desde aspectos geopolíticos hasta cierta apertura después de la primera cuarentena estricta, temas de calendario de China o intereses y proyecciones políticas de Estados Unidos (elecciones mediante), 2020 quedó marcado, desde septiembre en adelante, como el del crecimiento exponencial de los precios de fletes desde Oriente.
En septiembre, previo al año nuevo Chino, dicho monto ascendía a casi U$S7000 por contenedor, mientras que en diciembre, por efecto de las fiestas y una mayor demanda, ese número llegaba a US$ 9000, con picos de U$S10.000. En el sector se esperaba que estas tarifas bajaran, ya que venía lo que se suele reconocer como temporada baja. Sin embargo, hoy nos sorprendemos con fletes desde China que cuestan US$ 7000, siendo los más altos de los últimos largos años. Lo normal, a esta altura de la temporada, para fletes desde Oriente podría haber sido US$2000.
A pesar de ello, se estima que probablemente en el segundo semestre podría darse una baja de los precios, siempre y cuando las vacunas hagan su efecto y otros países (caso Turquía y otros países de Europa) comiencen a producir con regularidad y exportar. Esto haría que la dependencia no esté tan volcada a China.
Si los precios de fletes –más allá del posible cambio de tendencia a futuro- no facilitan la labor de los importadores, tampoco lo hace la dificultad de saber, por las restricciones impuestas desde el Ejecutivo, cuánto están habilitados a importar.
En ese sentido, no es tanto un monto o cantidad alta lo que estarían requiriendo los importadores, sino más bien poder tener previsibilidad. En síntesis, tener alguna regla para poder prever y planificar esas compras, sin tener que recaer en temas judiciales para obtener una respuesta que debería ser más sencilla.
Lo que sí juega a favor del sector, en este momento, es el precio de los cereales, ya que, al situarse en los montos más elevados de los últimos años, permiten que el ingreso de dólares sea alto y la necesidad de acotar o restringir importaciones no debieran ser tan estrictas.
En síntesis, a pesar de lo esperado meses atrás, los fletes desde China siguen muy elevados, algo que no es habitual para esta época del año, y que hace imaginar que, en temporada alta, dichos números podrían alcanzar cifras más elevadas aún.
Eso, sumado a ciertas restricciones para prever qué se puede traer y qué no, dibuja un panorama no muy sencillo para el sector importador.
El autor es gerente general de Outland Logistics
Ezequiel García Corado
Fuente: La Nación