El rol de las cadenas productivas regionales en la integración.
Mucho se habla del papel decisivo de las cadenas de producción regionales en el desarrollo y afianzamiento de los procesos de integración… ¿o es qué procesos de integración maduros permiten el desarrollo de cadenas productivas regionales que generan trabajo, y crecimiento económico con agregado de valor local?
El 30 aniversario del Mercosur puso bajo análisis diferentes aspectos del funcionamiento real del bloque formado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. ¿Cómo ha sido el desempeño en esta materia cuáles son las expectativas a futuro?
“La creación de comercio y la generación de cadenas regionales de valor son parte fundamental del corazón de cualquier esquema integrador, junto con la promoción de inversiones recíprocas, la generación de infraestructura en común, el abastecimiento de las compras públicas, el desarrollo de nuevos sectores a partir de las ventajas dinámicas que promueve el bloque, entre otros aspectos”, dice Ricardo Rozemberg.
Esos cables conectores a los que se refiere el docente e investigador de la Universidad de San Martín (Unsam), y consultor de Intal, generan una densidad integradora que permite más compromiso para con el cumplimiento de reglas, más demanda de nuevas y mejores regulaciones, y más y mejores posibilidades de saltar a nuevos mercados, añade.
Globalización
Rozemberg destaca el papel protagónico de este tipo de encadenamiento: “Las cadenas de valor en el mundo son eminentemente regionales. El gran comercio intra regional que existe en la Unión Europea (UE), en el ex Nafta (hoy TMEC) e incluso en Asia, dan cuenta de este fenómeno. Hay obviamente cadenas de valor globales, surgidas fundamentalmente a raíz de la irrupción de China en el escenario internacional, pero se ubican en un segundo plano en relación a las regionales”.
Siguiendo esta lógica, explica, el Mercosur supuso dentro de sus objetivos, la consolidación y/o generación de viejos y nuevos encadenamientos. “Y siguiendo las señales del mercado ampliado consiguió afianzar el comercio intra-industrial en sectores como el químico, algo en el plástico, el textil y alimentos, y profundizar los derivados del complejo automotor (en este último caso, en el marco de acuerdos bilaterales que lo administran y estimulan)”.
Utopía y realidad
¿Han funcionado las cadenas productivas en el Mercosur? Desde Montevideo, Daiana Ferraro, Magister en integración regional y docente de la Universidad de la República (Udelar), opina que no hay muchos casos, a pesar de que la integración productiva ha sido uno de los temas trabajados en el bloque.
¿Es posible que las cadenas productivas funcionen en nuestro barrio o se trata de una utopía?
“Las cadenas productivas requieren, por un lado, bases de reglas seguras, que sean exigibles y que permitan asociaciones empresariales transitorias, y por otra parte, generar acercamientos y vínculos de confianza para los negocios que se logran con el tiempo y con un camino de pequeños negocios conjuntos o asociados que fomenten estos vínculos”, comienza diciendo.
Y luego añade otro punto importante: “Hay que tener en cuenta los orígenes del capital empresarial, que en muchas de nuestras economías puede ser regional, pero obedece a estrategias globales y regionales de abastecimiento a diferentes mercados que no necesariamente va en línea con la integración productiva regional sino con estrategias como la producción de diferentes productos en diferentes países”.
Incentivos
Pese a todo, Ferraro cree que el desarrollo de cadenas productivas en el Mercosur no es una utopía, pero explica que para lograrlo hace falta poner en marcha ciertas políticas, como incentivos fiscales, para que comience un proceso incipiente de integración productiva más enfocado en la complementariedad y no tanto en estrategias competitivas.
“También se puede pensar en mecanismos como la acumulación de origen, entre otros. No es plantear un dirigismo del Estado, sino generar incentivos de mercado que le den un mayor atractivo a la complementariedad productiva”, aclara.
Concentración
Sandra Ríos, economista, Directora del Centro de Estudios de Integración y Desarrollo (Cindes) de Brasil, considera que las cadenas productivas no han funcionado en el Mercosur.
“No conozco muchos casos exitosos. Los pocos que hay están en sectores muy concentrados, cómo el de automóviles y algo de los químicos, en que las multinacionales distribuyen la producción entre los países de acuerdo a las demandas de los distintos mercados”, comenta.
Y cuando se le pregunta si podrían funcionar, responde que sí, pero que ello no ocurrirá de manera voluntaria. “Para que funcione, el área de libre comercio del Mercosur debería ser profundizada. El acceso a los mercados del bloque debería ser liberado y el bloque debería abrirse al comercio internacional. Ganar escala y productividad es fundamental para que las cadenas se fortalezcan”, advierte.
Simbiosis
¿Cuál es el papel de las cadenas productivas en los acuerdos comerciales? ¿Son piezas clave para fortalecer a un bloque?, preguntó Trade News.
“Diría que es al revés. Los acuerdos comerciales son piezas clave para fortalecer las cadenas de productivas. La experiencia internacional muestra que las cadenas son, principalmente, regionales y que los acuerdos de integración comercial son diseñados para facilitar el desarrollo y las operaciones de los eslabones de las cadenas productivas”, dice Ríos.
Cuando se le pide hacer un balance del tema a 30 años del Mercosur, recuerda que el bloque eliminó los aranceles para la casi totalidad de los productos en el comercio intra-regional, pero no avanzó en la eliminación de las trabas no arancelarias, en la convergencia regulatoria ni en la modernización de las reglas de origen, entre otros temas fundamentales para el funcionamiento de las cadenas.
“El bloque quedó encerrado, sin avanzar en la integración con el resto del mundo, lo que contribuyó para la pérdida de competitividad de sus estructuras productivas. Para aprovechar la tendencia de reshoring o nearshoring en el comercio internacional, el Mercosur debería invertir en la modernización de su aparato regulatorio y en la eliminación de las trabas al comercio que persisten”, detalla.
Nueva generación
En una línea similar opina Anabel González, investigadora Senior del Peterson Institute for International Economics.
“Las cadenas productivas tienden a impulsar el fortalecimiento y, sobre todo, la modernización de los acuerdos comerciales. La evidencia muestra que los acuerdos comerciales profundos, que comprenden además de la liberalización del comercio de bienes, reglas en materia de facilitación del comercio, comercio de servicios, inversión, propiedad intelectual, estándares y otros, constituyen el marco necesario para la expansión de las cadenas de valor”, explica la ex ministra de Comercio Exterior de Costa Rica.
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), las cadenas de valor representan cerca del 70% del comercio mundial, en todos los sectores: desde automotriz hasta textiles, desde electrónicos hasta maquinaria e, incluso, en el sector alimentario, dice González.
Y cuando se le pregunta por ejemplos exitosos en la materia, cita el caso de la integración de los países de Europa del Este a las cadenas de valor ancladas en Alemania, o las cadenas entre los países de Asean, Corea, Japón y China, y también entre Estados Unidos, Canadá y México.
¿En América latina? Chile, Costa Rica y México son los países mejor integrados en cadenas de valor, entre otros porque sus acuerdos comerciales tienen reglas de origen más flexibles, dice la experta en comercio internacional y competitividad.
El camino a la integración
Desde Asunción, el economista Oscar Stark dice que lo de las cadenas productivas en el Mercosur seguirá siendo una utopía mientras se sigan manteniendo barreras no arancelarias al comercio que generan incertidumbre en la accesibilidad a los mercados mayores, y que la integración productiva se dará cuando el acceso al mercado sea en condiciones favorables y previsibles, atendiendo a que el impacto de las barreras no arancelarias es en muchos casos más gravoso que los aranceles ad valoren.
“Considero que a pesar de todo, el Mercosur contribuyó al desarrollo de nuestros países y en el caso de Paraguay, de manera importante. Para nuestro país, más del 60% de las exportaciones tiene como destino el bloque y las ventas que se realizan a los socios son las de mayor valor agregado”, enfatizó Stark.
Por último, señala la paradoja de que “la única cadena que tiene algún grado de integración es la del sector automotriz, que sigue estando fuera del Mercosur, pero en donde las automotrices, respondiendo a políticas bilaterales distribuyeron su producción en los países del Mercosur”.
El economista comenta que en el caso particular de Paraguay se trata de una de las cadenas en la que la participación de su país es minúscula, aunque representa un rubro importante para las exportaciones de manufacturas con las ventas de kits de cables para el sector.
El papel de China
Por su parte, Nahuel Oddone, Jefe de Promoción e Intercambio del Instituto Social del Mercosur, comenta que en el bloque existen múltiples cadenas regionales de valor vinculadas a diferentes sectores de las economías nacionales que implican, sobre todo, el comercio de muchos bienes intermedios.
Pero de inmediato señala que en algunos sectores del comercio intrarregional se han registrado menores intercambios a partir del posicionamiento ganado por proveedores externos, como el caso de China.
Investigador asociado del Instituto de Regionalismo Comparado de la Universidad de las Naciones Unidas, Oddone se especializó en el tema.
“Las cadenas globales de valor tienen su base en los 3 grandes núcleos regionales de crecimiento económico e integración: América del Norte, Asia y Europa. Un análisis detallado de estos vínculos globales-regionales pone de relieve la importancia de la integración regional a partir del fortalecimiento del comercio intrarregional de bienes intermedios para consolidar posiciones globales”, describe.
Fábrica Mercosur+
Y agrega entonces que los tres grandes centros de cadenas de valor globales tienen fábricas, laboratorios y talleres regionales (altos niveles de comercio intrarregional) con un alto porcentaje de bienes intermedios transados o comercializados.
Por eso, asegura, es muy oportuno recuperar la idea de la construcción de una “Fábrica Mercosur+” para fortalecer y escalar cadenas regionales que permitan una adecuada inserción global.
Es más, Oddone piensa que es posible revitalizar el proceso de integración del Mercosur a través de la consolidación de cadenas regionales de valor.
“Hay que diseñar nuevamente programas y aplicar metodologías existentes como, por ejemplo, las que utilizan en el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA)”, dice y enumera otros puntos importantes para el desarrollo de los encadenamientos regionales:
Facilitación del comercio, desburocratizando y digitalizando las operaciones (un proceso que algunos países iniciaron ante la emergencia creada por el Covid-19.
Inversiones en logística. Obras de infraestructura para mejorar la conectividad entre los países; gestión integral de fronteras; promover el uso de transporte multimodal, etc.
Inversión en sistemas regionales de innovación que pudiesen acompañar el desarrollo de diferentes empresas y entornos productivos en los diferentes países del bloque. Por ejemplo, en el contexto actual, no podemos perder de vista el potencial de desarrollo de innovaciones biotecnológicas aplicadas a la salud y los agroalimentos.
Salvavidas
En síntesis, tal como señaló Ferraro, lo que es clave en cualquier acuerdo comercial es la competitividad de las economías de los países que lo componen para alcanzar el bienestar de su ciudadanía.
“Mucho se habló de que la competitividad se alcanzaba a partir de integrar las cadenas globales de valor y que para ello se requerían acuerdos comerciales. El Covid puso en evidencia los frágiles que eran esas cadenas. Una reorientación regional, entre otras cosas por las dificultades de conseguir insumos de la otra mitad del mundo, hace que la producción y por tal las economías se coloquen un salvavidas frente a este tipo de disrupciones globales que no necesariamente podemos afirmar que no van a pasar más”, concluyó la especialista uruguaya.
Fuente: Trade News